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La Biblia hoy - Reina Valera 1960

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
25/06/2024

Salmos 63-68

Capítulo 63

Dios, satisfación del alma

 1Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 2Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. 3Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. 4Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. 5Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, 6Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche. 7Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. 8Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido. 9Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra. 10Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales. 11Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Capítulo 64

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos

 1Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo. 2Escóndeme del consejo secreto de los malignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, 3Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, 4Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen. 5Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver? 6Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo. 7Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas. 8Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean. 9Entonces temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. 10Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

Capítulo 65

La generosidad de Dios en la naturaleza

 1Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos. 2Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. 3Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás. 4Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo. 5Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar. 6Tú, el que afirma los montes con su poder, Ceñido de valentía; 7El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones. 8Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde. 9Visitas la tierra, y la riegas; En gran manera la enriqueces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones. 10Haces que se empapen sus surcos, Haces descender sus canales; La ablandas con lluvias, Bendices sus renuevos. 11Tú coronas el año con tus bienes, Y tus nubes destilan grosura. 12Destilan sobre los pastizales del desierto, Y los collados se ciñen de alegría. 13Se visten de manadas los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, y aun cantan.

Capítulo 66

Alabanza por los hechos poderosos de Dios

 1Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. 2Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza. 3Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos. 4Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre. Selah 5Venid, y ved las obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hombres. 6Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí en él nos alegramos. 7El señorea con su poder para siempre; Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah 8Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, Y haced oír la voz de su alabanza. 9El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen. 10Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. 11Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. 12Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia. 13Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos, 14Que pronunciaron mis labios Y habló mi boca, cuando estaba angustiado. 15Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah 16Venid, oíd todos los que teméis a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma. 17A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi lengua. 18Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado. 19Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. 20Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Capítulo 67

Exhortación a las naciones, para que alaben a Dios

 1Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah 2Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación. 3Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 4Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos con equidad, Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah 5Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 6La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. 7Bendíganos Dios, Y témanlo todos los términos de la tierra.

Capítulo 68

El Dios de Sinaí y del santuario

 1Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen. 2Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios. 3Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría. 4Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. 5Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. 6Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca. 7Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, Selah 8La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel. 9Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste. 10Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre. 11El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas. 12Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos. 13Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro. 14Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón. 15Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán. 16¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre. 17Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario. 18Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios. 19Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah 20Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte. 21Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados. 22El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las profundidades del mar; 23Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros. 24Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario. 25Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos. 26Bendecid a Dios en las congregaciones; Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel. 27Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí. 28Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros. 29Por razón de tu templo en Jerusalén Los reyes te ofrecerán dones. 30Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata; Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra. 31Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios. 32Reinos de la tierra, cantad a Dios, Cantad al Señor; Selah 33Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa voz. 34Atribuid poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos. 35Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios.

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