Saltar al contenido

La Biblia hoy - Reina Valera 1960

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
21/06/2024

Salmos 38-43

Capítulo 38

Oración de un penitente

 1Jehová, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira. 2Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu mano. 3Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. 4Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí. 5Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura. 6Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día. 7Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay sano en mi carne. 8Estoy debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción de mi corazón. 9Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto. 10Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya. 11Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejado. 12Los que buscan mi vida arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades, Y meditan fraudes todo el día. 13Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca. 14Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones. 15Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío. 16Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí. 17Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí continuamente. 18Por tanto, confesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado. 19Porque mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa. 20Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno. 21No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí. 22Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.

Capítulo 39

El carácter transitorio de la vida

 1Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí. 2Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor. 3Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua: 4Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. 5He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah 6Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. 7Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti. 8Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por escarnio del insensato. 9Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste. 10Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano. 11Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah 12Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres. 13Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.

Capítulo 40

Alabanza por la liberación divina

 1Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. 4Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. 5Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados. 6Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón. 9He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes. 10No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. 11Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. 12Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla. 13Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme. 14Sean avergonzados y confundidos a una Los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense Los que mi mal desean; 15Sean asolados en pago de su afrenta Los que me dicen: ¡Ea, ea! 16Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido. 17Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Capítulo 41

Oración pidiendo salud

 1Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. 2Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. 3Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad. 4Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado. 5Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre? 6Y si vienen a verme, hablan mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera la divulgan. 7Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí: 8Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no volverá a levantarse. 9Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar. 10Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago. 11En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí. 12En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre. 13Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.

Capítulo 42

Mi alma tiene sed de Dios

 1Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? 4Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. 5¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. 6Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar. 7Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. 8Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. 9Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? 10Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? 11¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Capítulo 43

Plegaria pidiendo vindicación y liberación

 1Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo. 2Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo? 3Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas. 4Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. 5¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Copyright © 1960 by American Bible Society (http://www.americanbible.org)