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La Biblia hoy - Reina Valera 1960

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
20/06/2024

Salmos 35-37

Capítulo 35

Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos

 1Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea contra los que me combaten. 2Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda. 3Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di a mi alma: Yo soy tu salvación. 4Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. 5Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose. 6Sea su camino tenebroso y resbaladizo, Y el ángel de Jehová los persiga. 7Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa cavaron hoyo para mi alma. 8Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, Y la red que él escondió lo prenda; Con quebrantamiento caiga en ella. 9Entonces mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación. 10Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja? 11Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan; 12Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma. 13Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. 14Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. 15Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso; 16Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, Crujieron contra mí sus dientes. 17Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. 18Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo. 19No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. 20Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas. 21Ensancharon contra mí su boca; Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! 22Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí. 23Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa. 24Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, Y no se alegren de mí. 25No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! 26Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí. 27Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo. 28Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza todo el día.

Capítulo 36

La misericordia de Dios

 1La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. 2Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. 3Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. 4Medita maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece. 5Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. 6Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas. 7¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. 8Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. 9Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. 10Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón. 11No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de impíos no me mueva. 12Allí cayeron los hacedores de iniquidad; Fueron derribados, y no podrán levantarse.

Capítulo 37

El camino de los malos

 1No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. 3Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. 6Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. 7Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. 8Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. 10Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. 11Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. 12Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes; 13El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día. 14Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder. 15Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado. 16Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores. 17Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová. 18Conoce Jehová los días de los perfectos, Y la heredad de ellos será para siempre. 19No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados. 20Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo. 21El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da. 22Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos. 23Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. 24Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano. 25Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. 26En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición. 27Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre. 28Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida. 29Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella. 30La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia. 31La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán. 32Acecha el impío al justo, Y procura matarlo. 33Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren. 34Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. 35Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. 36Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado. 37Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. 38Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida. 39Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. 40Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

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