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La Biblia hoy - Reina Valera 1960

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
16/06/2024

Salmos 11-18

Capítulo 11

El refugio del justo

 1En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave? 2Porque he aquí, los malos tienden el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos de corazón. 3Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo? 4Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. 5Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. 6Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos. 7Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.

Capítulo 12

Oración pidiendo ayuda contra los malos

 1Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. 2Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. 3Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente; 4A los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros? 5Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira. 6Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces. 7Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre. 8Cercando andan los malos, Cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres.

Capítulo 13

Plegaria pidiendo ayuda en la aflicción

 1¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? 2¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? 3Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; 4Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. 5Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. 6Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.

Capítulo 14

Necedad y corrupción del hombre

 1Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. 2Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. 3Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 4¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan? 5Ellos temblaron de espanto; Porque Dios está con la generación de los justos. 6Del consejo del pobre se han burlado, Pero Jehová es su esperanza. 7¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

Capítulo 15

Los que habitarán en el monte santo de Dios

 1Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? 2El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. 4Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.

Capítulo 16

Una herencia escogida

 1Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. 2Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. 3Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia. 4Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres. 5Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. 7Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. 8A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 9Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; 10Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. 11Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

Capítulo 17

Plegaria pidiendo protección contra los opresores

 1Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. 2De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. 3Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión. 4En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos. 5Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen. 6Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. 7Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos. 8Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas, 9De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemigos que buscan mi vida. 10Envueltos están con su grosura; Con su boca hablan arrogantemente. 11Han cercado ahora nuestros pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra. 12Son como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está en su escondite. 13Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada, 14De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pequeñuelos. 15En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Capítulo 18

Acción de gracias por la victoria

 1Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. 2Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. 3Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. 4Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron. 5Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte. 6En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. 7La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él. 8Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos. 9Inclinó los cielos, y descendió; Y había densas tinieblas debajo de sus pies. 10Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento. 11Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos. 12Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes. 13Tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones de fuego. 14Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpagos, y los destruyó. 15Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz. 16Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas. 17Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. 18Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. 19Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí. 20Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. 21Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios. 22Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. 23Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad, 24Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista. 25Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. 26Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso. 27Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos. 28Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas. 29Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros. 30En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan. 31Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? 32Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; 33Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; 34Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce. 35Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido. 36Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. 37Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos. 38Los herí de modo que no se levantasen; Cayeron debajo de mis pies. 39Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí. 40Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruya a los que me aborrecen. 41Clamaron, y no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó. 42Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles. 43Me has librado de las contiendas del pueblo; Me has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirvió. 44Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron a mí. 45Los extraños se debilitaron Y salieron temblando de sus encierros. 46Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación; 47El Dios que venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí; 48El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento. 49Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre. 50Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a su ungido, A David y a su descendencia, para siempre.

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