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La Biblia hoy - Reina Valera 1960

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
15/06/2024

Salmos 5-10

Capítulo 5

Plegaria pidiendo protección

 1Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. 2Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. 3Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. 4Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti. 5Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová. 7Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. 8Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino. 9Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas. 10Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti. 11Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre. 12Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.

Capítulo 6

Oración pidiendo misericordia en tiempo de prueba

 1Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. 2Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. 3Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo? 4Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia. 5Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará? 6Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. 7Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores. 8Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. 9Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración. 10Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.

Capítulo 7

Plegaria pidiendo vindicación

 1Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, 2No sea que desgarren mi alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre. 3Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad; 4Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo), 5Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; Huelle en tierra mi vida, Y mi honra ponga en el polvo. Selah 6Levántate, oh Jehová, en tu ira; Alzate en contra de la furia de mis angustiadores, Y despierta en favor mío el juicio que mandaste. 7Te rodeará congregación de pueblos, Y sobre ella vuélvete a sentar en alto. 8Jehová juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, Y conforme a mi integridad. 9Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón. 10Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón. 11Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días. 12Si no se arrepiente, él afilará su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado. 13Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado saetas ardientes. 14He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó de iniquidad, Y dio a luz engaño. 15Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; Y en el hoyo que hizo caerá. 16Su iniquidad volverá sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla. 17Alabaré a Jehová conforme a su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.

Capítulo 8

La gloria de Dios y la honra del hombre

 1¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; 2De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. 3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? 5Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. 6Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: 7Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, 8Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. 9¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Capítulo 9

Acción de gracias por la justicia de Dios

 1Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas. 2Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. 3Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti. 4Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia. 5Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. 6Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas. 7Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio. 8El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud. 9Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia. 10En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. 11Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras. 12Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos. 13Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte, 14Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación. 15Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie. 16Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah 17Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios. 18Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente. 19Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de ti. 20Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah

Capítulo 10

Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados

 1¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación? 2Con arrogancia el malo persigue al pobre; Será atrapado en los artificios que ha ideado. 3Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová. 4El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. 5Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia. 6Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio. 7Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y maldad. 8Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido; 9Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red. 10Se encoge, se agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados. 11Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá. 12Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres. 13¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás. 14Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano. 15Quebranta tú el brazo del inicuo, Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna. 16Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido las naciones. 17El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, 18Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.

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