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La Biblia hoy - Reina Valera 1995

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
09/01/2025

Génesis 26-27

Capítulo 26

Isaac en Gerar

 1En aquel tiempo hubo hambre en la tierra —además de la primera que hubo en los días de Abraham—, y se fue Isaac a Gerar, adonde estaba Abimelec, rey de los filisteos. 2Allí se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3Habita como forastero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras y confirmaré el juramento que hice a Abraham, tu padre. 4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y daré a tu descendencia todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. 6Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y cuando los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, él respondió: Es mi hermana, pues tuvo miedo de decir: Es mi mujer, pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8Sucedió después de muchos días de estar él allí, que Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana vio a Isaac que acariciaba a Rebeca, su mujer. 9Entonces llamó Abimelec a Isaac y le dijo: —Ciertamente ella es tu mujer. ¿Por qué, pues, dijiste: Es mi hermana? Isaac le respondió: —Porque me dije: Quizá moriré por causa de ella. 10Pero Abimelec replicó: —¿Por qué nos has hecho esto? Un poco más y habría dormido alguno del pueblo con tu mujer, y tú habrías traído el pecado sobre nosotros. 11Entonces Abimelec amenazó a todo el pueblo, diciendo: —El que toque a este hombre o a su mujer, de cierto morirá. 12Sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año el ciento por uno; y lo bendijo Jehová. 13Se enriqueció y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. 14Poseía hato de ovejas, hato de vacas y mucha servidumbre; y los filisteos le tuvieron envidia. 15Todos los pozos que habían abierto los criados de su padre, Abraham, en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. 16Entonces dijo Abimelec a Isaac: —Apártate de nosotros, porque te has hecho mucho más poderoso que nosotros. 17Isaac se fue de allí y acampó en el valle de Gerar, y allí habitó. 18Volvió Isaac a abrir los pozos de agua que habían sido abiertos en los días de Abraham, su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. 19Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle y hallaron allí un pozo de aguas vivas, 20los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso, al pozo le puso por nombre Esek, porque se habían peleado por él. 21Después abrieron otro pozo y también riñeron por causa de él, y le puso por nombre Sitna. 22Se apartó de allí y abrió otro pozo, y ya no riñeron por él; le puso por nombre Rehobot, y dijo: Ahora Jehová nos ha prosperado y fructificaremos en la tierra. 23De allí subió a Beerseba. 24Aquella noche se le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo. 25Entonces edificó allí un altar e invocó el nombre de Jehová. Plantó allí su tienda, y abrieron allí un pozo los siervos de Isaac. 26Abimelec vino desde Gerar adonde él estaba. Y con él vinieron Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército. 27Isaac les dijo: —¿Por qué venís a mí, si me habéis aborrecido y me habéis echado de entre vosotros? 28Ellos respondieron: —Hemos visto que Jehová está contigo, y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros. Haremos contigo este pacto: 29Tú no nos harás ningún mal, pues nosotros no te hemos tocado; solamente te hemos hecho bien y te dejamos partir en paz. Tú eres ahora bendito de Jehová. 30Entonces él les ofreció un banquete, y comieron y bebieron. 31Se levantaron de madrugada y se hicieron mutuo juramento. Luego Isaac los despidió, y ellos se despidieron de él en paz. 32Aquel mismo día sucedió que vinieron los criados de Isaac y le dieron la noticia del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua. 33Isaac lo llamó Seba; por esta causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día. 34Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por mujer a Judit, hija de Beeri, el heteo, y a Basemat, hija de Elón, el heteo; 35y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.

Capítulo 27

Jacob obtiene la bendición de Isaac

 1Aconteció que cuando Isaac envejeció y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: —¡Hijo mío! Él respondió: —Aquí estoy. 2—Ya soy viejo —dijo Isaac— y no sé el día de mi muerte. 3Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo a cazarme algo. 4Hazme un guisado como a mí me gusta; tráemelo y comeré, para que yo te bendiga antes que muera. 5Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer. 6Entonces Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: —Mira, yo he oído a tu padre, que hablaba con tu hermano Esaú diciendo: 7Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma y te bendiga en presencia de Jehová antes que me muera. 8Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando. 9Ve ahora al ganado y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré con ellos un guisado para tu padre, como a él le gusta. 10Tú lo llevarás a tu padre, y él comerá, para que te bendiga antes de su muerte. 11Pero Jacob dijo a Rebeca, su madre: —Mi hermano Esaú es hombre velloso, y yo lampiño. 12Quizá me palpará mi padre; me tendrá entonces por burlador y traeré sobre mí maldición y no bendición. 13Su madre respondió: —Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz: vé y tráemelos. 14Entonces él fue, los tomó y los trajo a su madre, y su madre hizo un guisado como a su padre le gustaba. 15Después tomó Rebeca los vestidos de Esaú, su hijo mayor, los más preciosos que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor. 16Luego, con las pieles de los cabritos, cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, 17y puso el guisado y el pan que había preparado en manos de su hijo Jacob. 18Entonces este fue a su padre y dijo: —Padre mío. Isaac respondió: —Aquí estoy, ¿quién eres tú, hijo mío? 19—Yo soy Esaú tu primogénito —respondió Jacob—. He hecho como me dijiste. Levántate ahora, siéntate y come de mi caza, para que me bendigas. 20Entonces Isaac dijo a su hijo: —¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Jacob respondió: —Porque Jehová, tu Dios, hizo que la encontrara delante de mí. 21Isaac dijo a Jacob: —Acércate ahora y te palparé, hijo mío, para ver si eres o no mi hijo Esaú. 22Se acercó Jacob a su padre Isaac, quien lo palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las de Esaú. 23Y no lo reconoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y lo bendijo. 24Volvió a preguntar Isaac: —¿Eres tú mi hijo Esaú? Jacob respondió: —Yo soy. 25Dijo entonces: —Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga. Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió. 26Y le dijo Isaac, su padre: —Acércate ahora y bésame, hijo mío. 27Jacob se acercó y lo besó. Olió Isaac el olor de sus vestidos, y lo bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, como el olor del campo que Jehová ha bendecido. 28Dios, pues, te dé del rocío del cielo y de los frutos de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. 29Sírvante pueblos y las naciones se inclinen delante de ti. Sé señor de tus hermanos y ante ti se inclinen los hijos de tu madre. Malditos sean los que te maldigan y benditos los que te bendigan. 30Aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de su padre Isaac, que Esaú, su hermano, volvió de cazar. 31E hizo él también un guisado, lo trajo a su padre y le dijo: —Levántese mi padre y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga. 32Entonces Isaac, su padre, le dijo: —¿Quién eres tú? Y él le dijo: —Yo soy tu hijo, Esaú, tu primogénito. 33Entonces se estremeció Isaac grandemente, y dijo: —¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio y comí de todo antes que tú vinieras? Yo lo bendije, y será bendito. 34Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: —Bendíceme también a mí, padre mío. 35Este le dijo: —Vino tu hermano con engaño y tomó tu bendición. 36Esaú respondió: —Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura y ahora ha tomado mi bendición. Y añadió: —¿No has guardado bendición para mí? 37Isaac respondió a Esaú, diciéndole: —Yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino lo he provisto; ¿qué, pues, haré por ti ahora, hijo mío? 38Dijo entonces Esaú a su padre: —¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y alzó Esaú la voz, y lloró. 39Entonces Isaac, su padre, habló y le dijo: Será tu morada lejos de la tierra fértil y del rocío que cae de los cielos. 40De tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; pero cuando te fortalezcas sacudirás su yugo de tu cerviz.

Jacob huye de Esaú

 41Aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre lo había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob. 42Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor; y ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: —Esaú, tu hermano, se consuela pensando en matarte. 43Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz: levántate y huye a casa de mi hermano Labán, en Harán, 44y quédate con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue, 45hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y olvide lo que le has hecho; entonces enviaré yo a que te traigan de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros dos en un solo día? 46Luego dijo Rebeca a Isaac: —Fastidio tengo de mi vida a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de entre las hijas de Het, como estas, de entre las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

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