La Biblia hoy - Reina Valera 1995
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 19
Leyes de santidad y de justicia
1Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios. 3Cada uno temerá a su madre y a su padre. Mis sábados guardaréis. Yo, Jehová, vuestro Dios. 4No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo, Jehová, vuestro Dios. 5Cuando ofrezcáis un sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que él os acepte. 6Será comido el día que lo ofrezcáis, o al día siguiente; y lo que quede para el tercer día, será quemado en el fuego. 7Si se come al tercer día, será abominación; no será aceptado, 8y el que lo coma cargará con su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová. La tal persona será eliminada de su pueblo. 9Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella ni espigarás tu tierra segada. 10No rebuscarás tu viña ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo, Jehová, vuestro Dios. 11No robaréis, no mentiréis ni os engañaréis el uno al otro. 12No juraréis en falso por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo, Jehová. 13No oprimirás a tu prójimo ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana siguiente. 14No maldecirás al sordo, ni delante del ciego pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo, Jehová. 15No cometerás injusticia en los juicios, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo. 16No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo, Jehová. 17No aborrecerás a tu hermano en tu corazón. Reprenderás a tu prójimo, para que no participes de su pecado. 18No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová. 19Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie. Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas. No te pondrás vestidos con mezcla de hilos. 20Si un hombre se acuesta con una sierva desposada con otro, que no ha sido rescatada ni ha recibido la libertad, ambos serán castigados, pero no morirán, por cuanto ella no es libre. 21Él ofrecerá a Jehová, a la puerta del Tabernáculo de reunión, un carnero como expiación por su culpa. 22Con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado que ha cometido. 23Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto. Tres años os será como incircunciso: su fruto no se comerá. 24Al cuarto año, todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. 25Pero al quinto año comeréis de su fruto, para que os haga crecer su fruto. Yo, Jehová, vuestro Dios. 26No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros ni adivinos. 27No haréis tonsura en vuestras cabezas ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28No haréis incisiones en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo, Jehová. 29No contaminarás a tu hija prostituyéndola, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad. 30Mis sábados guardaréis, y por mi santuario tendréis reverencia. Yo, Jehová. 31No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios. 32Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano. De tu Dios tendrás temor. Yo, Jehová. 33Cuando el extranjero habite con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis. 34Como a uno de vosotros trataréis al extranjero que habite entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios. 35No cometáis injusticia en los juicios, en medidas de tierra, ni en peso ni en otra medida. 36Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo soy Jehová, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. 37Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo, Jehová.Capítulo 20
Penas por actos de inmoralidad
1Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan en Israel, que ofrezca alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá: el pueblo de la tierra lo apedreará. 3Yo pondré mi rostro contra tal hombre, y lo eliminaré de su pueblo, por cuanto dio uno de sus hijos a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre. 4Si el pueblo de la tierra cierra sus ojos respecto de aquel hombre que dio uno de sus hijos a Moloc, para no matarlo, 5entonces yo pondré mi rostro contra aquel hombre y contra su familia, y lo apartaré de su pueblo, junto con todos los que como él se prostituyan tras Moloc. 6La persona que preste atención a encantadores o adivinos, para prostituirse detrás de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la eliminaré de su pueblo. 7Santificaos, pues, y sed santos, porque yo, Jehová, soy vuestro Dios. 8Guardad mis estatutos y ponedlos por obra. Yo soy Jehová, el que os santifico. 9Todo hombre que maldiga a su padre o a su madre, de cierto morirá, pues a su padre o a su madre maldijo: su sangre caerá sobre él. 10Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. 11Cualquiera que se acueste con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos: su sangre caerá sobre ellos. 12Si alguien duerme con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión: su sangre caerá sobre ellos. 13Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre. 14El que tome como esposas a una mujer y a la madre de ella, comete vileza. Tanto él como ellas serán quemados, para que no haya tal vileza entre vosotros. 15Cualquiera que tenga cópula con una bestia, ha de ser muerto. También mataréis a la bestia. 16Si una mujer se acerca a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente: su sangre caerá sobre ellos. 17Si alguno toma a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y ve su desnudez, y ella ve la suya, es cosa execrable; por tanto serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo; descubrió la desnudez de su hermana: cargará con su pecado. 18Cualquiera que duerma con una mujer durante su menstruación y descubra su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán eliminados de su pueblo. 19La desnudez de la hermana de tu madre o de la hermana de tu padre, no descubrirás, porque al descubrir la desnudez de su parienta, cargarán con su pecado. 20Cualquiera que duerma con la mujer del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; cargarán con su pecado: morirán sin hijos. 21El que tome la mujer de su hermano, comete impureza; la desnudez de su hermano descubrió: no tendrán hijos. 22Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. 23No andéis en las prácticas de las naciones que yo expulsaré de delante de vosotros, porque ellos hicieron todas estas cosas, y fueron para mí abominables. 24Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo soy Jehová, vuestro Dios, que os he apartado de los demás pueblos. 25Por tanto, vosotros haréis distinción entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia. No contaminéis vuestras personas con los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado por inmundos. 26Habéis, pues, de serme santos, porque yo, Jehová, soy santo, y os he apartado de entre los pueblos para que seáis míos. 27El hombre o la mujer que consulten espíritus de muertos o se entreguen a la adivinación, han de morir; serán apedreados, y su sangre caerá sobre ellos.Capítulo 21
Santidad de los sacerdotes
1Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos, 2a no ser por un pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, 3o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido; por ella puede contaminarse. 4No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose impuro. 5No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán incisiones. 6Santos serán para su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque ofrecen las ofrendas quemadas para Jehová y el pan de su Dios; por tanto, serán santos. 7Con una mujer ramera o infame no se casarán, ni con una mujer repudiada por su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios. 8Por tanto, lo santificarás, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo, Jehová, el que os santifico. 9La hija del sacerdote, si comienza a prostituirse, a su padre deshonra; quemada será al fuego. 10El Sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestidos 11ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará. 12No saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque tiene sobre él la consagración del aceite de la unción de su Dios. Yo, Jehová. 13Tomará por esposa a una mujer virgen. 14No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino que tomará de su pueblo una virgen por mujer, 15para que no profane su descendencia entre su pueblo, porque yo, Jehová, soy el que los santifico. 16Jehová habló a Moisés y le dijo: 17Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes que tenga algún defecto se acercará, a lo largo de las generaciones, para ofrecer el pan de su Dios. 18Ningún hombre en el cual haya defecto se acercará: sea ciego o cojo, mutilado o deforme; 19que tenga quebradura de pie o rotura de mano, 20que sea jorobado o enano, o tenga una nube en el ojo, o sarna o erupción o testículo magullado. 21Ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas quemadas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 22Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas podrá comer. 23Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo, Jehová, soy el que los santifico. 24Así habló Moisés a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel.Copyright © 1995 by United Bible Societies (http://www.unitedbiblesocieties.org)