La Biblia hoy - Reina Valera 1995
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 21
Nacimiento de Isaac
1Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como le había prometido. 2Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había dicho. 3Al hijo que le nació, y que dio a luz Sara, Abraham le puso por nombre Isaac. 4Circuncidó Abraham a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios le había mandado. 5Tenía Abraham cien años cuando nació su hijo Isaac. 6Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oiga se reirá conmigo. 7Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara había de amamantar hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.Agar e Ismael son echados de la casa de Abraham
8El niño creció y fue destetado, y ofreció Abraham un gran banquete el día que fue destetado Isaac. 9Pero Sara vio que el hijo de Agar, la egipcia, el cual esta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10Por eso dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac, mi hijo. 11Estas palabras le parecieron muy graves a Abraham, por tratarse de su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te preocupes por el muchacho ni por tu sierva. Escucha todo cuanto te diga Sara, porque en Isaac te será llamada descendencia. 13También del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. 14Al día siguiente, Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar. Lo puso sobre su hombro, le entregó el muchacho y la despidió. Ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 15Cuando le faltó el agua del odre, puso al muchacho debajo de un arbusto, 16se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco, porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó la voz y lloró. 17Oyó Dios la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho ahí donde está. 18Levántate, toma al muchacho y tenlo de la mano, porque yo haré de él una gran nación. 19Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua. Fue Agar, llenó de agua el odre y dio de beber al muchacho. 20Dios asistió al muchacho, el cual creció, habitó en el desierto y fue tirador de arco. 21Vivió en el desierto de Parán, y su madre tomó para él mujer de la tierra de Egipto.Pacto entre Abraham e Abimelec
22Aconteció en aquel mismo tiempo que Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, le dijeron a Abraham: —Dios está contigo en todo cuanto haces. 23Ahora, pues, júrame aquí, por Dios, que no nos harás mal a mí ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que, conforme a la bondad que yo tuve contigo, harás tú conmigo y con la tierra en la que ahora habitas. 24Y respondió Abraham: —Lo juro. 25Pero Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26Abimelec respondió: —No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber ni yo lo había oído hasta hoy. 27Entonces tomó Abraham ovejas y vacas y se las dio a Abimelec, e hicieron ambos un pacto. 28Pero Abraham puso aparte siete corderas del rebaño, 29por lo que Abimelec le preguntó: —¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30Abraham respondió: —Que estas siete corderas recibirás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31Por esto llamó a aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos. 32Hicieron, pues, pacto en Beerseba. Luego se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. 33Plantó Abraham un tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová, Dios eterno. 34Y habitó Abraham muchos días en tierra de los filisteos.Capítulo 22
Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac
1Aconteció después de estas cosas, que Dios probó a Abraham. Le dijo: —Abraham. Este respondió: —Aquí estoy. 2Y Dios le dijo: —Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. 4Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio de lejos el lugar. 5Entonces dijo Abraham a sus siervos: —Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros. 6Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; luego tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos juntos. 7Después dijo Isaac a Abraham, su padre: —Padre mío. Él respondió: —Aquí estoy, hijo mío. Isaac le dijo: —Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8Abraham respondió: —Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. 9Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, compuso la leña, ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10Extendió luego Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11Entonces el ángel de Jehová lo llamó desde el cielo: —¡Abraham, Abraham! Él respondió: —Aquí estoy. 12El ángel le dijo: —No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo. 13Entonces alzó Abraham sus ojos y vio a sus espaldas un carnero trabado por los cuernos en un zarzal; fue Abraham, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14Y llamó Abraham a aquel lugar Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 15Llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16y le dijo: —Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único hijo, 17de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos. 18En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 19Regresó Abraham adonde estaban sus siervos, y juntos se levantaron y se fueron a Beerseba. Y habitó Abraham en Beerseba. 20Después de estas cosas se anunció a Abraham: Milca ha dado a luz hijos a tu hermano Nacor: 21Uz, el primogénito; Buz, su hermano; Kemuel, padre de Aram; 22Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que Milca dio a luz de Nacor, hermano de Abraham. 24Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.Capítulo 23
Muerte y sepultura de Sara
1Fueron ciento veintisiete los años de la vida de Sara; tantos fueron los años de la vida de Sara. 2Sara murió en Quiriat-arba (que es Hebrón), en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara y a llorarla. 3Luego se levantó Abraham de delante de su muerta y habló a los hijos de Het, diciendo: 4—Extranjero y forastero soy entre vosotros; dadme en propiedad una sepultura entre vosotros para llevarme a mi muerta y sepultarla. 5Respondieron los hijos de Het a Abraham, diciendo: 6—Óyenos, señor nuestro. Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros; sepulta a tu muerta en lo mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros te negará su sepulcro ni te impedirá que entierres a tu muerta. 7Abraham se levantó, se inclinó ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het, 8y habló con ellos, diciendo: —Si en verdad queréis que yo me lleve y sepulte a mi muerta, oídme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zohar, 9para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que me la dé por su justo precio y así poseeré una sepultura en medio de vosotros. 10Como Efrón, el heteo, estaba entre los hijos de Het, respondió a Abraham en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad: 11—No, señor mío, óyeme: te doy la heredad y te doy también la cueva que está en ella. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta a tu muerta. 12Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra 13y respondió a Efrón en presencia del pueblo del lugar, diciendo: —Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo pagaré el precio de la heredad; acéptalo y sepultaré en ella a mi muerta. 14Respondió Efrón a Abraham: 15—Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata, pero ¿qué es esto entre tú y yo? Entierra, pues, a tu muerta. 16Entonces Abraham aceptó la oferta de Efrón y, en presencia de los hijos de Het, pesó a Efrón el dinero que este le había pedido, cuatrocientos siclos de plata de buena ley entre mercaderes. 17Así, pues, la heredad de Efrón que estaba en Macpela, al oriente de Mamre, la heredad, con la cueva que había en ella y con todos los árboles que había en la heredad y en todos sus contornos, 18quedó como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19Después de esto, Abraham sepultó a Sara, su mujer, en la cueva de la heredad de Macpela, al oriente de Mamre (que es Hebrón), en la tierra de Canaán. 20Y la heredad, con la cueva que en ella había, quedó en manos de Abraham como una posesión para sepultura, recibida de los hijos de Het.Copyright © 1995 by United Bible Societies (http://www.unitedbiblesocieties.org)