La Biblia hoy - Reina Valera 1995
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 18
Las porciones de los levitas
1Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. 2No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho. 3Este será el derecho de los sacerdotes sobre aquellos del pueblo que ofrezcan en sacrificio un buey o un cordero: darán al sacerdote la pierna, las quijadas y el cuajar. 4Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás, 5porque a él ha escogido Jehová, tu Dios, de entre todas tus tribus, para que él y sus hijos ministren en el nombre de Jehová para siempre. 6Cuando salga un levita de cualquiera de las ciudades de Israel donde haya vivido, y vaya con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escoja, 7ministrará en el nombre de Jehová, su Dios, como todos sus hermanos, los levitas que estén allí delante de Jehová. 8Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios.Amonestación contra costumbres paganas
9Cuando entres a la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. 10No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12Porque es abominable para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables Jehová, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia. 13Perfecto serás delante de Jehová, tu Dios. 14Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen, pero a ti no te ha permitido esto Jehová, tu Dios.Dios promete un profeta como Moisés
15Un profeta como yo te levantará Jehová, tu Dios, de en medio de ti, de tus hermanos; a él oiréis. 16Conforme a todo lo que pediste a Jehová, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, al decir: No vuelva yo a oir la voz de Jehová, mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17Y Jehová me dijo: Bien está eso que han dicho. 18Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande. 19Pero a cualquiera que no oiga las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuenta. 20El profeta que tenga la presunción de pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado pronunciar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá. 21Tal vez digas en tu corazón: ¿Cómo conoceremos que esta no es palabra de Jehová? 22Si el profeta habla en nombre de Jehová, y no se cumple ni acontece lo que dijo, esa palabra no es de Jehová. Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él.Capítulo 19
Las ciudades de refugio
1Cuando Jehová, tu Dios, destruya a las naciones cuya tierra Jehová, tu Dios, te va a dar, y tú las heredes y habites en sus ciudades y en sus casas, 2apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová, tu Dios, te da para que la poseas. 3Arreglarás los caminos y dividirás en tres partes la tierra que Jehová, tu Dios, te dará en heredad, a fin de que todo homicida huya allí. 4Este es el caso del homicida que podrá huir allí y salvar su vida: aquel que hiera a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; 5como el que va con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, se suelta el hierro del cabo, y da contra su prójimo y este muere. Aquel podrá huir a una de estas ciudades y salvar su vida: 6no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, lo alcance por ser largo el camino, y lo hiera de muerte, cuando no debía ser condenado a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente. 7Por tanto yo te mando que separes tres ciudades. 8Y si Jehová, tu Dios, ensancha tu territorio, como lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres 9—siempre y cuando guardes todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy para ponerlos por obra: que ames a Jehová, tu Dios, y andes en sus caminos todos los días—, entonces añadirás tres ciudades más a estas tres, 10para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová, tu Dios, te da por heredad, y no seas culpado de derramamiento de sangre. 11Pero si hay alguien que aborrece a su prójimo y lo acecha, se levanta contra él, lo hiere de muerte y muere, y luego huye a alguna de estas ciudades, 12entonces los ancianos de su ciudad mandarán a sacarlo de allí y lo entregarán en manos del vengador de la sangre, para que muera. 13No le compadecerás; así extirparás de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y te irá bien. 14En la heredad que poseas en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo que fijaron los antiguos.Leyes sobre el testimonio
15No se tomará en cuenta a un solo testigo contra alguien en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquier ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación. 16Cuando se levante un testigo falso contra alguien, para testificar contra él, 17entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová y delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en aquellos días. 18Los jueces investigarán bien, y si aquel testigo resulta falso y ha acusado falsamente a su hermano, 19entonces haréis con él como él pensó hacer con su hermano. Así extirparás el mal de en medio de ti. 20Los que queden, cuando lo sepan, temerán y no volverán a cometer más una maldad semejante en medio de ti. 21No lo compadecerás: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.Capítulo 20
Leyes sobre la guerra
1Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si ves caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les tengas temor, porque Jehová, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo. 2Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo. 3Les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis ni os azoréis ni tampoco os desalentéis delante de ellos, 4porque Jehová, vuestro Dios, va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros. 5Luego hablarán los oficiales al pueblo, y dirán: ¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la estrene. 6¿Y quién ha plantado una viña y no la ha disfrutado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la disfrute. 7¿Y quién se ha desposado con una mujer y no la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la tome. 8Después volverán los oficiales a hablar al pueblo y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no apoque el corazón de sus hermanos como ocurre con el corazón suyo. 9Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo. 10Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le propondrás la paz. 11Y si responde: Paz, y te abre sus puertas, todo el pueblo que en ella se encuentre te será tributario y te servirá. 12Pero si no hace la paz contigo, sino que emprende la guerra contra ti, entonces la sitiarás. 13Luego que Jehová, tu Dios, la entregue en tus manos, herirás a todos sus hombres a filo de espada. 14Solamente las mujeres y los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín, lo tomarás para ti, y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová, tu Dios, te entregó. 15Así harás con todas las ciudades que estén muy lejos de ti y no pertenezcan a estas naciones. 16Pero en las ciudades de estos pueblos que Jehová, tu Dios, te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, 17sino que destruirás completamente al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová, tu Dios, te ha mandado, 18para que no os enseñen a imitar todas esas abominaciones que ellos han hecho en honor de sus dioses, y pequéis contra Jehová, vuestro Dios. 19Cuando sities alguna ciudad y pelees contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles a golpe de hacha, porque de ellos podrás comer. No los talarás, pues el árbol del campo no es hombre que venga contra ti en el sitio. 20Pero el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo para construir baluartes contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.Copyright © 1995 by United Bible Societies (http://www.unitedbiblesocieties.org)