La Biblia hoy - Reina Valera 1995
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 1
Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb
1Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2Once jornadas hay desde Horeb, camino de los montes de Seir, hasta Cades-barnea. 3Y aconteció que a los cuarenta años, el primer día del undécimo mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos, 4después que derrotó a Sehón, rey de los amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot, en Edrei. 5De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés proclamar esta ley, diciendo: 6Jehová, nuestro Dios, nos habló así en Horeb: Habéis estado bastante tiempo en este monte. 7Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates. 8Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, y a su descendencia después de ellos.Nombramiento de jueces
9En aquel tiempo yo os hablé y os dije: Yo solo no puedo llevaros. 10Jehová, vuestro Dios, os ha multiplicado tanto que hoy vosotros sois tan numerosos como las estrellas del cielo. 11¡Jehová, Dios de vuestros padres, os haga mil veces más numerosos de lo que ahora sois y os bendiga, como os ha prometido! 12¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? 13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, hombres sabios, entendidos y expertos, para que yo los ponga como vuestros jefes. 14Me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho. 15Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los puse como jefes sobre vosotros, jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus. 16Y di a vuestros jueces esta orden: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, o un extranjero. 17No hagáis distinción de persona en el juicio: tanto al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios. La causa que os sea difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. 18Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.Misión de los doce espías
19Cuando salimos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová, nuestro Dios, nos lo mandó, y llegamos hasta Cades-barnea. 20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová, nuestro Dios, nos da. 21Mira, Jehová, tu Dios, te ha entregado la tierra: sube y toma posesión de ella, como Jehová, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni desmayes. 22Pero os acercasteis todos a decirme: Enviemos hombres delante de nosotros, que reconozcan la tierra y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir y de las ciudades adonde hemos de llegar. 23La propuesta me pareció bien, y tomé doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu. 24Ellos se encaminaron y subieron al monte; llegaron hasta el valle de Escol y reconocieron la tierra. 25Tomaron en sus manos de los frutos del país, nos los trajeron y nos dieron este informe: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da. 26Sin embargo, no quisisteis subir, sino que fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, vuestro Dios. 27Os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y destruirnos. 28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, al decir: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades son grandes y están amuralladas hasta el cielo. Allí también vimos a los hijos de Anac. 29Entonces os dije: No temáis ni tengáis miedo de ellos. 30Jehová, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto ante vuestros ojos. 31En el desierto has visto que Jehová, tu Dios, te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar. 32Pero ni aun así creísteis a Jehová, vuestro Dios, 33quien iba delante de vosotros por el camino para buscaros el lugar donde habíais de acampar, con el fuego de noche para mostraros el camino que debías seguir, y con la nube de día.Dios castiga a Israel
34Cuando Jehová oyó la voz de vuestras palabras, se enojó e hizo este juramento: 35Ni un solo hombre de esta mala generación verá la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, 36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que pisó, porque ha seguido fielmente a Jehová. 37También contra mí se enojó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. 38Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímalo, porque él la entregará a Israel. 39Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos, que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá; a ellos la daré y ellos la heredarán. 40Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.La derrota en Horma
41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová. Nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová, nuestro Dios, nos ha mandado. Os armasteis cada uno con vuestras armas de guerra y os preparasteis para subir al monte. 42Pero Jehová me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos. 43Yo os hablé, pero no me escuchasteis; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte. 44Pero salió a vuestro encuentro el amorreo que habitaba en aquel monte, os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron en Seir hasta llegar a Horma. 45Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó atención. 46Por eso os tuvisteis que quedar en Cades todo ese tiempo que habéis estado allí.Capítulo 2
Los años en el desierto
1Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho, y durante mucho tiempo estuvimos rodeando los montes de Seir. 2Entonces Jehová me dijo: 3Bastante habéis rodeado este monte: volveos al norte. 4Dile al pueblo: Cuando paséis por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; pero vosotros tened mucho cuidado. 5No os metáis con ellos, pues no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú los montes de Seir. 6Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; también compraréis de ellos el agua, y beberéis. 7Porque Jehová, tu Dios, te ha bendecido en todas las obras de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto, y durante estos cuarenta años Jehová, tu Dios, ha estado contigo sin que nada te haya faltado. 8Después nos alejamos del territorio de nuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá que viene de Elat y Ezión-geber; luego volvimos y tomamos el camino del desierto de Moab. 9Entonces Jehová me dijo: No molestes a Moab ni le hagas la guerra, pues no te daré posesión de su tierra, porque yo he dado a Ar como heredad a los hijos de Lot. 10(Antes habitaron en ella los emitas, un pueblo grande, numeroso y alto como los hijos de Anac. 11Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; pero los moabitas los llaman emitas. 12También en Seir habitaron antes los horeos, los cuales fueron expulsados por los hijos de Esaú, que los arrojaron de su presencia y se establecieron en su lugar, como hizo Israel en la tierra que Jehová les dio en posesión). 13Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Entonces pasamos el arroyo Zered. 14Los años que anduvimos desde Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo Zered fueron treinta y ocho; hasta que desapareció de en medio del campamento toda la generación de los hombres de guerra, como Jehová les había jurado. 15También la mano de Jehová vino sobre ellos para exterminarlos, hasta hacerlos desaparecer del campamento. 16Aconteció que, después que murieron todos los hombres de guerra del pueblo, 17Jehová me habló y me dijo: 18Tú pasarás hoy el territorio de Moab rumbo a Ar. 19Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes ni pelees con ellos, pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, porque a los hijos de Lot la he dado como heredad. 20(Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos. 21Eran un pueblo grande, numeroso y alto, como los hijos de Anac, a los cuales Jehová exterminó delante de los amonitas. Estos desalojaron a aquellos y habitaron en su lugar, 22como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales exterminó a los horeos; aquellos desalojaron a estos y habitaron en su lugar hasta hoy. 23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los exterminaron y habitaron en su lugar). 24Levantaos, salid, y pasad el arroyo Arnón. Yo he entregado en tus manos a Sehón, rey de Hesbón, el amorreo, y a su tierra. Comienza a tomar posesión de ella y entra en guerra con él. 25Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, que al escuchar tu fama temblarán y se angustiarán delante de ti.Israel derrota a Sehón
26Envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con estas palabras de paz: 27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme a la derecha ni a la izquierda. 28La comida me la venderás por dinero, y comeré; el agua también me la darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie, 29como me han dejado hacer los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar, hasta que cruce el Jordán y llegue a la tierra que nos da Jehová, nuestro Dios. 30Pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio; porque Jehová, tu Dios, había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tus manos, hasta el día de hoy. 31Entonces me dijo Jehová: Yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y a su tierra. Empieza a tomar posesión de ella, para que la heredes. 32Sehón nos salió al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. 33Pero Jehová, nuestro Dios, nos lo entregó y lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo. 34Tomamos entonces todas sus ciudades y las destinamos al exterminio: hombres, mujeres y niños, sin dejar a nadie con vida. 35Solamente tomamos para nosotros los ganados y los despojos de las ciudades que habíamos tomado. 36Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapara de nosotros; todas las entregó Jehová, nuestro Dios, en nuestro poder. 37Solamente no llegamos a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo Jaboc, ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová, nuestro Dios, había prohibido.Copyright © 1995 by United Bible Societies (http://www.unitedbiblesocieties.org)