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La Biblia hoy - Reina Valera 1995

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
26/03/2025

Jueces 20-21

Capítulo 20

La guerra contra Benjamín

 1Entonces salieron todos los hijos de Israel, y delante de Jehová, en Mizpa, se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad. 2Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaban presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada. 3Los hijos de Benjamín supieron entonces que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Preguntaron los hijos de Israel:
—Decid cómo fue esta maldad.
 4El levita, marido de la mujer muerta, respondió:
—Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina para pasar allí la noche,
 5pero se levantaron contra mí los de Gabaa, rodearon la casa donde pasaba la noche, con la idea de matarme, y a mi concubina la humillaron de tal manera que murió. 6Luego la tomé, la corté en pedazos y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel, por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel. 7Puesto que todos vosotros sois hijos de Israel, dad ahora vuestro parecer y consejo. 8Como un solo hombre, todo el pueblo se levantó y dijo:
—Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa.
 9Esto es ahora lo que haremos con Gabaa: contra ella subiremos por sorteo. 10Tomaremos diez hombres de cada ciento de todas las tribus de Israel, y ciento de cada mil, y mil de cada diez mil, que lleven víveres para el pueblo, para que, yendo este a Gabaa de Benjamín, le hagan conforme a toda la abominación que ha cometido en Israel. 11Se juntaron, pues, todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados como un solo hombre. 12Y las tribus de Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es esta que ha sido hecha entre vosotros? 13Entregad, pues, ahora a aquellos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos y quitemos el mal de Israel. Pero los de Benjamín no quisieron oir la voz de sus hermanos los hijos de Israel, 14sino que los de Benjamín, de todas las ciudades, se juntaron en Gabaa para salir a pelear contra los hijos de Israel. 15Fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín, de las ciudades, y eran veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin contar los setecientos hombres escogidos que vivían en Gabaa. 16Entre toda aquella gente había setecientos hombres escogidos que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello y no erraban. 17También se contaron los hombres de Israel, fuera de Benjamín, y sumaban cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. 18Luego se levantaron los hijos de Israel, subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo:
—¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín?
Jehová respondió:
—Judá será el primero.
 19Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20Salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los hombres de Israel le presentaron batalla junto a Gabaa. 21Pero los hijos de Benjamín salieron de la ciudad y derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel. 22Reanimándose el pueblo, los hombres de Israel volvieron a darles batalla en el mismo lugar donde la habían presentado el primer día, 23pues los hijos de Israel habían subido y llorado delante de Jehová hasta la noche, y habían consultado a Jehová diciendo:
—¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín, nuestros hermanos?
Jehová les respondió:
—Subid contra ellos.
 24Por lo cual se acercaron por segunda vez los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín. 25Pero aquel segundo día salieron los de Benjamín de Gabaa contra ellos y derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada. 26Entonces subieron todos los hijos de Israel, todo el pueblo, y fueron a la casa de Dios. Lloraron, se sentaron allí en presencia de Jehová, ayunaron aquel día hasta la noche y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. 27Los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el Arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28y Finees hijo de Eleazar hijo de Aarón ministraba delante de ella en aquellos días):
—¿Saldremos de nuevo contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos?
Jehová dijo:
—Subid, porque mañana yo os los entregaré.
 29Entonces puso Israel emboscadas alrededor de Gabaa. 30Al tercer día subieron entonces los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín y presentaron batalla delante de Gabaa, como las otras veces. 31Salieron a su encuentro los hijos de Benjamín, alejándose de la ciudad, y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el y el otro a Gabaa. Así mataron en el campo a unos treinta hombres de Israel. 32Los hijos de Benjamín decían: Están vencidos ante nosotros, como la vez anterior. Pero los hijos de Israel decían: Huiremos y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos. 33Entonces se levantaron todos los de Israel de su lugar y se pusieron en orden de batalla en Baal-tamar. También los emboscados de Israel salieron de sus escondites en la pradera de Gabaa. 34Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, lo cual hizo que la batalla arreciara; pero los de Benjamín no sabían que ya el desastre se cernía sobre ellos. 35Jehová derrotó a Benjamín delante de Israel: aquel día mataron los hijos de Israel a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada. 36Los hijos de Benjamín vieron entonces que estaban siendo derrotados, y los hijos de Israel cedieron terreno a Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa. 37Los hombres de las emboscadas acometieron prontamente a Gabaa, avanzaron y pasaron a filo de espada a toda la ciudad. 38La señal concertada entre los hombres de Israel y las emboscadas era que hicieran subir una gran humareda de la ciudad. 39Luego que los de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron a herir, y mataron como a treinta hombres de Israel, por lo que decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla. 40Pero cuando la columna de humo comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás, y vieron que el humo de la ciudad subía al cielo. 41Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor, porque vieron que el desastre había caído sobre ellos. 42Volvieron, por tanto, la espalda delante de Israel y huyeron hacia el camino del desierto; pero la batalla los alcanzó y los que salían de las ciudades les cortaban el paso y los mataban. 43Así cercaron a los de Benjamín, los acosaron y atropellaron desde Menúha hasta frente a Gabaa, hacia donde nace el sol. 44Cayeron dieciocho mil hombres de Benjamín, todos ellos hombres de guerra. 45Los demás se volvieron y huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón; pero de ellos cayeron abatidos cinco mil hombres en los caminos; después los persiguieron aun hasta Gidom y mataron de ellos a dos mil hombres. 46Todos los que de Benjamín murieron aquel día fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. 47Pero seiscientos hombres se volvieron y huyeron al desierto, a la peña de Rimón, y se quedaron cuatro meses en la peña de Rimón. 48Los hombres de Israel volvieron a atacar a los otros hijos de Benjamín y pasaron a filo de espada tanto a los hombres de cada ciudad como a las bestias y todo lo que hallaban a su paso. Asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que encontraron.

Capítulo 21

Mujeres para los benjaminitas

 1Los hombres de Israel habían hecho este juramento en Mizpa: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer. 2Pero luego fue el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios. Alzando su voz, lloraron mucho: 3Jehová, Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu? 4Al día siguiente, el pueblo se levantó de mañana; edificaron allí un altar y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz. 5Y se preguntaban: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante de Jehová? Porque se había hecho un gran juramento contra el que no subiera a Jehová en Mizpa, diciendo: Sufrirá la muerte. 6Los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín, su hermano, y decían: Eliminada es hoy de Israel una tribu. 7¿Cómo daremos mujeres a los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres. 8Y preguntaban: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Entonces se acordaron de que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento, para la reunión. 9Porque fue contado el pueblo y ninguno de los habitantes de Jabes-galaad respondió. 10Así que la congregación envió allá a doce mil hombres de los más valientes, y los mandaron, diciendo: Id y pasad a filo de espada a los que viven en Jabes-galaad, con las mujeres y los niños. 11Pero haréis de esta manera: mataréis a todo hombre y a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón. 12Entre los que habitaban en Jabes-galaad hallaron cuatrocientas doncellas que no habían conocido varón, y las trajeron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán. 13Toda la congregación envió luego un mensaje a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón, y los llamaron en paz. 14Volvieron entonces los de Benjamín, y ellos les dieron por mujeres las que habían traído vivas de Jabes-galaad; pero no les bastaron. 15El pueblo tuvo compasión de Benjamín, porque Jehová había abierto una brecha entre las tribus de Israel. 16Entonces los ancianos de la congregación se preguntaron: ¿Qué haremos para dar mujeres a los que han quedado? Porque habían sido exterminadas las mujeres de Benjamín. 17Dijeron, pues: Tenga Benjamín herencia en los que han escapado, para que no sea exterminada una tribu de Israel. 18Pero nosotros no les podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado diciendo: Maldito el que dé mujer a los benjaminitas. 19Y añadieron: Ahora bien: Cada año hay una fiesta solemne de Jehová en Silo, que está al norte de Bet-el y al lado oriental del camino que sube de Bet-el a Siquem, y al sur de Lebona. 20Mandaron, pues, a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, poned emboscadas en las viñas 21y estad atentos. Cuando veáis salir a las hijas de Silo a bailar en corros, salid de las viñas, arrebatad cada uno mujer para sí de las hijas de Silo y luego id a tierra de Benjamín. 22Si vienen los padres o los hermanos de ellas a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, ya que en la guerra nosotros no tomamos mujeres para todos. Además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados. 23Los hijos de Benjamín lo hicieron así y tomaron mujeres conforme a su número, robándolas de entre las que danzaban. Luego se fueron, volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y habitaron en ellas. 24Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, y cada uno salió hacia su heredad. 25En aquellos días no había rey en Israel y cada cual hacía lo que bien le parecía.

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