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La Biblia hoy - Reina Valera 1995

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
18/01/2025

Génesis 49-50

Capítulo 49

Profecía de Jacob acerca de sus hijos

 1Llamó Jacob a sus hijos, y dijo: —Acercaos y os declararé lo que ha de aconteceros en los días venideros. 2Acercaos y oíd, hijos de Jacob; escuchad a vuestro padre Israel. 3Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza y el principio de mi vigor; el primero en dignidad, el primero en poder. 4Impetuoso como las aguas, ya no serás el primero, por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, al subir a mi lecho. 5Simeón y Leví son hermanos; armas de maldad son sus armas. 6En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía, porque en su furor mataron hombres y en su temeridad desjarretaron toros. 7Maldito sea su furor, que fue fiero, y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, los esparciré en Israel. 8Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti. 9Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, como león viejo: ¿quién lo despertará? 10No será quitado el cetro de Judá ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que llegue Siloh; a él se congregarán los pueblos. 11Atando a la vid su pollino y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido y en la sangre de uvas su manto. 12Sus ojos son más rojos que el vino y sus dientes más blancos que la leche. 13Zabulón habitará en puertos de mar; será puerto para las naves y llegará hasta Sidón. 14Isacar, asno fuerte que se recuesta entre los apriscos. 15Al ver que el descanso era bueno y la tierra deleitosa, bajó su hombro para llevar carga, y sirvió como un esclavo. 16Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel. 17Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo y hace caer hacia atrás al jinete. 18Tu salvación he esperado, oh Jehová. 19A Gad, un ejército lo asaltará, mas él acometerá al final. 20El pan de Aser será substancioso; él dará deleites al rey. 21Neftalí, cierva suelta que da hermosos cervatillos. 22Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, sus vástagos se extienden sobre el muro. 23Le causaron amargura, le lanzaron flechas, lo aborrecieron los arqueros, 24mas su arco se mantuvo poderoso y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Roca de Israel, 25por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. 26Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las de mis progenitores; hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José, sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos. 27Benjamín es lobo arrebatador: por la mañana comerá la presa y a la tarde repartirá los despojos.

Muerte y sepelio de Jacob

 28Todas estas son las tribus de Israel, doce en total, y esto es lo que su padre les dijo al bendecirlas; a cada una le dio su bendición. 29Les ordenó luego, diciendo: Voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón, el heteo, 30en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre, en la tierra de Canaán, la que compró Abraham junto con el mismo campo de Efrón, el heteo, para heredad de sepultura. 31Allí sepultaron a Abraham y a Sara, su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí también sepulté yo a Lea. 32El campo y la cueva que está en él fueron comprados a los hijos de Het. 33Cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama y expiró, y se reunió con sus padres.

Capítulo 50

 1Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2Después mandó José a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3Cumplieron así cuarenta días, que eran los días requeridos para embalsamar. Y los egipcios lo lloraron setenta días. 4Pasados los días de su luto, habló José a los de la casa del faraón, diciendo: —Si he hallado gracia a vuestros ojos, os ruego que habléis ahora a oídos del faraón, y le digáis: 5Mi padre me hizo jurar, diciendo: Yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, 6El faraón dijo: —Ve y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar. 7Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos del faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, sus ovejas y sus vacas. 9Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande. 10Llegaron hasta la era de Atad, al otro lado del Jordán, y lloraron e hicieron grande y muy triste lamentación. Allí José hizo duelo por su padre durante siete días. 11Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios. Por eso, a aquel lugar que está al otro lado del Jordán se le llamó Abel-mizraim. 12Sus hijos, pues, hicieron con él según les había mandado, 13pues sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham de manos de Efrón, el heteo, junto con el mismo campo, para heredad de sepultura, al oriente de Mamre. 14Después que lo hubo sepultado, regresó José a Egipto, él, sus hermanos y todos los que subieron con él a sepultar a su padre.

Muerte de José

 15Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: —Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. 16Entonces enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal; por eso, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban. 18Llegaron también sus hermanos, se postraron delante de él y dijeron: —Aquí nos tienes. Somos tus esclavos. 19Pero José les respondió: —No temáis, pues ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente. 21Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, pues les habló al corazón. 22Habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años. 23Vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; y también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José. 24Un día, José dijo a sus hermanos: —Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: —Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos. 26Murió José a la edad de ciento diez años; lo embalsamaron, y lo pusieron en un ataúd en Egipto.

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