La Biblia hoy - Nueva Versión Internacional
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 13
Consagración de los primogénitos
1El Señor habló con Moisés y le dijo: 2"Conságrame el primogénito de todo vientre. Míos son todos los primogénitos israelitas y todos los primeros machos de sus animales." 3Moisés le dijo al pueblo: "Acuérdense de este día en que salen de Egipto, país donde han sido esclavos y de donde el Señor los saca desplegando su poder. No coman pan con levadura. 4Ustedes salen hoy, en el mes de aviv, 5y en este mismo mes deberán celebrar esta ceremonia, cuando ya el Señor los haya hecho entrar en la tierra que prometió dar a los antepasados de ustedes. Se trata de la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos: ¡tierra donde abundan la leche y la miel! 6Durante siete días comerán pan sin levadura, y el día séptimo celebrarán una fiesta en honor al Señor. 7En ningún lugar de su territorio debe haber nada que contenga levadura. Ni siquiera habrá levadura entre ustedes. Comerán pan sin levadura durante esos siete días. 8"Ese día ustedes les dirán a sus hijos: Esto lo hacemos por lo que hizo el Señor por nosotros cuando salimos de Egipto. 9Y será para ustedes como una marca distintiva en la mano o en la frente, que les hará recordar que la ley del Señor debe estar en sus labios, porque el Señor los sacó de Egipto desplegando su poder. 10Año tras año, en la misma fecha, cumplirán con esta ley. 11"Una vez que el Señor los haga entrar en la tierra de los cananeos y se la haya dado, conforme al juramento que les hizo a ustedes y a sus antepasados, 12le dedicarán al Señor el primogénito de todo vientre, y todo primer macho de su ganado, pues éstos le pertenecen al Señor. 13El primogénito de una asna podrá ser rescatado a cambio de un cordero; pero si no se rescata, se le quebrará el cuello. Todos los primogénitos de ustedes o de sus descendientes deberán ser rescatados. 14"El día de mañana, cuando sus hijos les pregunten: ¿Y esto qué significa?, les dirán: El Señor, desplegando su poder, nos sacó de Egipto, país donde fuimos esclavos. 15Cuando el faraón se empeñó en no dejarnos ir, el Señor les quitó la vida a todos los primogénitos de Egipto, tanto de hombres como de animales. Por eso le ofrecemos al Señor en sacrificio el primer macho que nace, y rescatamos a nuestros primogénitos. 16Esto será para ustedes como una marca distintiva en la mano o en la frente, de que el Señor nos sacó de Egipto desplegando su poder."La columna de nube y de fuego
17Cuando el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los filisteos, que era el más corto, pues pensó: "Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto." 18Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto, en dirección al Mar Rojo. Los israelitas salieron de Egipto en formación de combate. 19Moisés se llevó consigo los restos de José, según éste se lo había pedido a los israelitas bajo juramento. Éstas habían sido las palabras de José: "Pueden contar ustedes con que Dios vendrá en su ayuda. Cuando eso suceda, llévense de aquí mis restos." 20Los israelitas partieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21De día, el Señor iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche. 22Jamás la columna de nube dejaba de guiar al pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche.Capítulo 14
Los israelitas cruzan el Mar Rojo
1El Señor habló con Moisés y le dijo: 2"Ordénales a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar. Que acampen junto al mar, frente a Baal Zefón. 3El faraón va a pensar: Los israelitas andan perdidos en esa tierra. ¡El desierto los tiene acorralados! 4Yo, por mi parte, endureceré el corazón del faraón para que él los persiga. Voy a cubrirme de gloria, a costa del faraón y de todo su ejército. ¡Y los egipcios sabrán que yo soy el Señor!" Así lo hicieron los israelitas. 5Y cuando el rey de Egipto se enteró de que el pueblo se había escapado, tanto él como sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a los israelitas y dijeron: "¡Pero qué hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que se fueran los israelitas y abandonaran su trabajo?" 6Al momento ordenó el faraón que le prepararan su carro y, echando mano de su ejército, 7se llevó consigo seiscientos de los mejores carros y todos los demás carros de Egipto, cada uno de ellos bajo el mando de un oficial. 8El Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, para que saliera en persecución de los israelitas, los cuales marchaban con aire triunfal. 9Todo el ejército del faraón caballos, carros, jinetes y tropas de Egipto salió tras los israelitas y les dio alcance cuando éstos acampaban junto al mar, cerca de Pi Ajirot y frente a Baal Zefón. 10El faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor. 11Entonces le reclamaron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? 12Ya en Egipto te decíamos: ¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios! ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto! 13No tengan miedo les respondió Moisés. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos! 14Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes. 15Pero el Señor le dijo a Moisés: "¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! 16Y tú, levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco. 17Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, para que los persigan. ¡Voy a cubrirme de gloria a costa del faraón y de su ejército, y de sus carros y jinetes! 18Y cuando me haya cubierto de gloria a costa de ellos, los egipcios sabrán que yo soy el Señor." 19Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de éste. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia, 20quedando entre los egipcios y los israelitas. Durante toda la noche, la nube fue oscuridad para unos y luz para otros, así que en toda esa noche no pudieron acercarse los unos a los otros. 21Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron, 22y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda. 23Los egipcios los persiguieron. Todos los caballos y carros del faraón, y todos sus jinetes, entraron en el mar tras ellos. 24Cuando ya estaba por amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos: 25hizo que las ruedas de sus carros se atascaran, de modo que se les hacía muy difícil avanzar. Entonces exclamaron los egipcios: "¡Alejémonos de los israelitas, pues el Señor está peleando por ellos y contra nosotros!" 26Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu brazo sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios y contra sus carros y jinetes." 27Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en el fondo del mar. 28Al recobrar las aguas su estado normal, se tragaron a todos los carros y jinetes del faraón, y a todo el ejército que había entrado al mar para perseguir a los israelitas. Ninguno de ellos quedó con vida. 29Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda. 30En ese día el Señor salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar. 31Y al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado en contra de los egipcios, temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés.Capítulo 15
Cántico de Moisés y de María
1Entonces Moisés y los israelitas entonaron un cántico en honor del Señor, que a la letra decía: Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes. 2El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3El Señor es un guerrero; su nombre es el Señor. 4El Señor arrojó al mar los carros y el ejército del faraón. se ahogaron en el Mar Rojo. 5Las aguas profundas se los tragaron; ¡como piedras se hundieron en los abismos! 6Tu diestra, Señor, reveló su gran poder; tu diestra, Señor, despedazó al enemigo. 7Fue tan grande tu victoria que derribaste a tus oponentes; diste rienda suelta a tu ardiente ira, y fueron consumidos como rastrojo. 8Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se irguieron como murallas; ¡se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar! 9"Iré tras ellos y les daré alcance alardeaba el enemigo. hasta quedar hastiado. ¡Desenvainaré la espada y los destruiré con mi propia mano!" 10Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar; ¡se hundieron como plomo en las aguas turbulentas! 11¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos. 12Extendiste tu brazo derecho, ¡y se los tragó la tierra! 13Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado; por tu fuerza los llevas a tu santa morada. 14Las naciones temblarán al escucharlo; la angustia dominará a los filisteos. 15Los jefes edomitas se llenarán de terror; temblarán de miedo los caudillos de Moab. Los cananeos perderán el ánimo, 16pues caerá sobre ellos pavor y espanto. Por tu gran poder, Señor, quedarán mudos como piedras hasta que haya pasado tu pueblo, el pueblo que adquiriste para ti. 17Tú los harás entrar, y los plantarás, en el monte que te pertenece; en el lugar donde tú, Señor, habitas; en el santuario que tú, Señor, te hiciste. 18¡El Señor reina por siempre y para siempre! 19Cuando los caballos y los carros del faraón entraron en el mar con sus jinetes, el Señor hizo que las aguas se les vinieran encima. Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca. 20Entonces Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó una pandereta, y mientras todas las mujeres la seguían danzando y tocando panderetas, 21Miriam les cantaba así: Canten al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes.El agua amarga de Mara
22Moisés les ordenó a los israelitas que partieran del Mar Rojo y se internaran en el desierto de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. 23Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí. 24Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: "¿Qué vamos a beber?" 25Moisés clamó al Señor, y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés al agua, y al instante el agua se volvió dulce. En ese lugar el Señor los puso a prueba y les dio una ley como norma de conducta. 26Les dijo: "Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud." 27Después los israelitas llegaron a Elim, donde había doce manantiales y setenta palmeras, y acamparon allí, cerca del agua.La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by www.biblica.com, Inc.®. All rights reserved worldwide.