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La Biblia hoy - Nueva Versión Internacional

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
13/01/2025

Génesis 36-37

Capítulo 36

Los descendientes de Esaú

 1Éstos son los descendientes de Esaú, o sea Edom. 2Esaú se casó con mujeres cananeas: con Ada, hija de Elón el hitita; con Aholibama, hija de Aná y nieta de Zibeón el heveo; 3y con Basemat, hija de Ismael y hermana de Nebayot. 4Esaú tuvo estos hijos: con Ada tuvo a Elifaz; con Basemat, a Reuel; 5con Aholibama, a Jeús, Jalán y Coré. Éstos fueron los hijos que tuvo Esaú mientras vivía en la tierra de Canaán. 6Después Esaú tomó a sus esposas, hijos e hijas, y a todas las personas que lo acompañaban, junto con su ganado y todos sus animales, y todos los bienes que había adquirido en la tierra de Canaán, y se trasladó a otra región para alejarse de su hermano Jacob. 7Los dos habían acumulado tantos bienes que no podían estar juntos; la tierra donde vivían no bastaba para alimentar al ganado de ambos. 8Fue así como Esaú, o sea Edom, se asentó en la región montañosa de Seír. 9Éstos son los descendientes de Esaú, padre de los edomitas, que habitaron en la región montañosa de Seír. 10Los nombres de sus hijos son éstos: Elifaz hijo de Ada, esposa de Esaú; y Reuel hijo de Basemat, esposa de Esaú. 11Los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Zefo, Gatán y Quenaz. 12Elifaz tuvo un hijo con una concubina suya, llamada Timná, al que llamó Amalec. Todos éstos fueron nietos de Ada, esposa de Esaú. 13Los hijos de Reuel fueron Najat, Zera, Sama y Mizá. Éstos fueron los nietos de Basemat, esposa de Esaú. 14Los hijos de la otra esposa de Esaú, Aholibama, que era hija de Aná y nieta de Zibeón fueron Jeús, Jalán y Coré. 15Éstos fueron los jefes de los descendientes de Esaú: De los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú, los jefes fueron Temán, Omar, Zefo, Quenaz, 16Coré, Gatán y Amalec. Éstos fueron los jefes de los descendientes de Elifaz en la tierra de Edom, y todos ellos fueron nietos de Ada. 17De los hijos de Reuel hijo de Esaú, los jefes fueron Najat, Zera, Sama y Mizá. Éstos fueron los jefes de los descendientes de Reuel en la tierra de Edom, y todos ellos fueron nietos de Basemat, esposa de Esaú. 18De los hijos de Aholibama, hija de Aná y esposa de Esaú, los jefes fueron Jeús, Jalán y Coré. 19Éstos fueron descendientes de Esaú, también llamado Edom, y a su vez jefes de sus respectivas tribus. 20Éstos fueron los descendientes de Seír el horeo, que habitaban en aquella región: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 21Disón, Ezer y Disán. Estos descendientes de Seír fueron los jefes de los horeos en la tierra de Edom. 22Los hijos de Lotán fueron Horí y Homán. Lotán tenía una hermana llamada Timná. 23Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manajat, Ebal, Sefó y Onam. 24Los hijos de Zibeón fueron Ayá y Aná. Este último es el mismo que encontró las aguas termales en el desierto mientras cuidaba los asnos de su padre Zibeón. 25Los hijos de Aná fueron: Disón y Aholibama, hija de Aná. 26Los hijos de Disón fueron Hemdán, Esbán, Itrán y Querán. 27Los hijos de Ezer fueron Bilán, Zaván y Acán. 28Los hijos de Disán fueron Uz y Arán. 29Los jefes de los horeos fueron Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 30Disón, Ezer y Disán. Cada uno de ellos fue jefe de su tribu en la región de Seír. 31Antes de que los israelitas tuvieran rey, éstos fueron los reyes que reinaron en el país de Edom: 32Bela hijo de Beor, que reinó en Edom. El nombre de su ciudad era Dinaba. 33Cuando murió Bela, reinó en su lugar Jobab hijo de Zera, que provenía de Bosra. 34Cuando murió Jobab, reinó en su lugar Jusán, que venía de la región de Temán. 35Cuando murió Jusán, reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad. Éste derrotó a Madián en el campo de Moab. El nombre de su ciudad era Avit. 36Cuando murió Hadad, reinó en su lugar Samla, que era del pueblo de Masreca. 37Cuando murió Samla, reinó en su lugar Saúl de Rejobot del Río. 38Cuando murió Saúl, reinó en su lugar Baal Janán hijo de Acbor. 39Cuando murió Baal Janán hijo de Acbor, reinó en su lugar Hadad. El nombre de su ciudad era Pau. Su esposa se llamaba Mehitabel, y era hija de Matred y nieta de Mezab. 40Éstos son los nombres de los jefes que descendieron de Esaú, cada uno según su clan y región: Timná, Alvá, Jetet, 41Aholibama, Elá, Pinón, 42Quenaz, Temán, Mibzar, 43Magdiel e Iram. Éstos fueron los jefes de Edom, según los lugares que habitaron. Éste fue Esaú, padre de los edomitas.

Capítulo 37

José es vendido por sus hermanos

 1Jacob se estableció en la tierra de Canaán, donde su padre había residido como extranjero. 2Ésta es la historia de Jacob y su familia. Cuando José tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño junto a sus hermanos, los hijos de Bilhá y de Zilpá, que eran concubinas de su padre. El joven José solía informar a su padre de la mala fama que tenían estos hermanos suyos. 3Israel amaba a José más que a sus otros hijos, porque lo había tenido en su vejez. Por eso mandó que le confeccionaran una túnica especial de mangas largas. 4Viendo sus hermanos que su padre amaba más a José que a ellos, comenzaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban. 5Cierto día José tuvo un sueño y, cuando se lo contó a sus hermanos, éstos le tuvieron más odio todavía, 6pues les dijo: Préstenme atención, que les voy a contar lo que he soñado. 7Resulta que estábamos todos nosotros en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se levantó y quedó erguida, mientras que las de ustedes se juntaron alrededor de la mía y le hicieron reverencias. 8Sus hermanos replicaron: ¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros, y que nos vas a someter? Y lo odiaron aún más por los sueños que él les contaba. 9Después José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias. 10Cuando se lo contó a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió: ¿Qué quieres decirnos con este sueño que has tenido? le preguntó. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo vendremos a hacerte reverencias? 11Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto. 12En cierta ocasión, los hermanos de José se fueron a Siquén para apacentar las ovejas de su padre. 13Israel le dijo a José: Tus hermanos están en Siquén apacentando las ovejas. Quiero que vayas a verlos. Está bien contestó José. 14Israel continuó: Vete a ver cómo están tus hermanos y el rebaño, y tráeme noticias frescas. Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquén, 15un hombre lo encontró perdido en el campo y le preguntó: ¿Qué andas buscando? 16Ando buscando a mis hermanos contestó José. ¿Podría usted indicarme dónde están apacentando el rebaño? 17Ya se han marchado de aquí le informó el hombre. Les oí decir que se dirigían a Dotán. José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró cerca de Dotán. 18Como ellos alcanzaron a verlo desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. 19Se dijeron unos a otros: Ahí viene ese soñador. 20Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños! 21Cuando Rubén escuchó esto, intentó librarlo de las garras de sus hermanos, así que les propuso: No lo matemos. 22No derramen sangre. Arrójenlo en esta cisterna en el desierto, pero no le pongan la mano encima. Rubén dijo esto porque su intención era rescatar a José y devolverlo a su padre. 23Cuando José llegó adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica especial de mangas largas, 24lo agarraron y lo echaron en una cisterna que estaba vacía y seca. 25Luego se sentaron a comer. En eso, al levantar la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad. Sus camellos estaban cargados de perfumes, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. 26Entonces Judá les propuso a sus hermanos: ¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? 27En vez de eliminarlo, vendámoslo a los ismaelitas; al fin de cuentas, es nuestro propio hermano. Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él, 28así que cuando los mercaderes madianitas se acercaron, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto. 29Cuando Rubén volvió a la cisterna y José ya no estaba allí, se rasgó las vestiduras en señal de duelo. 30Regresó entonces adonde estaban sus hermanos, y les reclamó: ¡Ya no está ese mocoso! Y ahora, ¿qué hago? 31En seguida los hermanos tomaron la túnica especial de José, degollaron un cabrito, y con la sangre empaparon la túnica. 32Luego la mandaron a su padre con el siguiente mensaje: "Encontramos esto. Fíjate bien si es o no la túnica de tu hijo." 33En cuanto Jacob la reconoció, exclamó: "¡Sí, es la túnica de mi hijo! ¡Seguro que un animal salvaje se lo devoró y lo hizo pedazos!" 34Y Jacob se rasgó las vestiduras y se vistió de luto, y por mucho tiempo hizo duelo por su hijo. 35Todos sus hijos y sus hijas intentaban calmarlo, pero él no se dejaba consolar, sino que decía: "No. Guardaré luto hasta que descienda al sepulcro para reunirme con mi hijo." Así Jacob siguió llorando la muerte de José. 36En Egipto, los madianitas lo vendieron a un tal Potifar, funcionario del faraón y capitán de la guardia.

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