La Biblia hoy - Nueva Versión Internacional
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 1
La Creación
1Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. 2La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. 3Y dijo Dios: "¡Que exista la luz!" Y la luz llegó a existir. 4Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. 5A la luz la llamó "día", y a las tinieblas, "noche". Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el primer día. 6Y dijo Dios: "¡Que exista el firmamento en medio de las aguas, y que las separe!" 7Y así sucedió: Dios hizo el firmamento y separó las aguas que están abajo, de las aguas que están arriba. 8Al firmamento Dios lo llamó "cielo". Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el segundo día. 9Y dijo Dios: "¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!" Y así sucedió. 10A lo seco Dios lo llamó "tierra", y al conjunto de aguas lo llamó "mar". Y Dios consideró que esto era bueno. 11Y dijo Dios: "¡Que haya vegetación sobre la tierra; que ésta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!" Y así sucedió. 12Comenzó a brotar la vegetación: hierbas que dan semilla, y árboles que dan su fruto con semilla, todos según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno. 13Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el tercer día. 14Y dijo Dios: "¡Que haya luces en el firmamento que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años, 15y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra!" Y sucedió así. 16Dios hizo los dos grandes astros: el astro mayor para gobernar el día, y el menor para gobernar la noche. También hizo las estrellas. 17Dios colocó en el firmamento los astros para alumbrar la tierra. 18Los hizo para gobernar el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios consideró que esto era bueno. 19Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el cuarto día. 20Y dijo Dios: "¡Que rebosen de seres vivientes las aguas, y que vuelen las aves sobre la tierra a lo largo del firmamento!" 21Y creó Dios los grandes animales marinos, y todos los seres vivientes que se mueven y pululan en las aguas y todas las aves, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, 22y los bendijo con estas palabras: "Sean fructíferos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares. ¡Que las aves se multipliquen sobre la tierra!" 23Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el quinto día. 24Y dijo Dios: "¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie!" Y sucedió así. 25Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes, y todos los reptiles, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno, 26y dijo: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo." 27Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, 28y los bendijo con estas palabras: "Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo." 29También les dijo: "Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento. 30Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra." Y así sucedió. 31Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el sexto día.Capítulo 2
1Así quedaron terminados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. 2Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido. 3Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día descansó de toda su obra creadora.El hombre en el huerto del Edén
4Ésta es la historia de la creación de los cielos y la tierra. Cuando Dios el Señor hizo la tierra y los cielos, 5aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara. 6No obstante, salía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie del suelo. 7Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. 8Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén, y allí puso al hombre que había formado. 9Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal. 10Del Edén nacía un río que regaba el jardín, y que desde allí se dividía en cuatro ríos menores. 11El primero se llamaba Pisón, y recorría toda la región de Javilá, donde había oro. 12El oro de esa región era fino, y también había allí resina muy buena y piedra de ónice. 13El segundo se llamaba Guijón, que recorría toda la región de Cus. [3] 14El tercero se llamaba Tigris, que corría al este de Asiria. El cuarto era el Éufrates. 15Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16y le dio este mandato: "Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás." 18Luego Dios el Señor dijo: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada." 19Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce. 20Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre. 21Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida. 22De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, 23el cual exclamó: "Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. porque del hombre fue sacada." 24Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.[5] 25En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza.Capítulo 3
Desobediencia del hombre
1La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? 2Podemos comer del fruto de todos los árboles respondió la mujer. 3Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán. 4Pero la serpiente le dijo a la mujer: ¡No es cierto, no van a morir! 5Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. 6La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. 7En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. 8Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. 9Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? 10El hombre contestó: Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí. 11¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? le preguntó Dios. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? 12Él respondió: La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. 13Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? La serpiente me engañó, y comí contestó ella. 14Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: "Por causa de lo que has hecho, ¡maldita serás entre todos los animales, tanto domésticos como salvajes! Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. 15Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón." 16A la mujer le dijo: "Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará." 17Al hombre le dijo: "Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! todos los días de tu vida. 18La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. 19Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás." 20El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente. 21Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. 22Y dijo: "El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre." 23Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by www.biblica.com, Inc.®. All rights reserved worldwide.