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Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 12
Jacobo, muerto; Pedro, encarcelado
1En ese tiempo el rey Herodes hizo arrestar a algunos de la iglesia con el fin de maltratarlos. 2A Jacobo, hermano de Juan, lo mandó matar a espada. 3Al ver que esto agradaba a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Esto sucedió durante la fiesta de los panes sin levadura. 4Después de arrestarlo, lo metió en la cárcel y lo puso bajo la vigilancia de cuatro grupos de cuatro soldados cada uno. Tenía la intención de hacerlo comparecer en juicio público después de la Pascua. 5Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.Pedro es librado de la cárcel
6La misma noche en que Herodes estaba a punto de sacar a Pedro para someterlo a juicio, éste dormía entre dos soldados, sujeto con dos cadenas. Unos guardias vigilaban la entrada de la cárcel. 7De repente apareció un ángel del Señor y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo: "¡Date prisa, levántate!" Las cadenas cayeron de las manos de Pedro. 8Le dijo además el ángel: "Vístete y cálzate las sandalias." Así lo hizo, y el ángel añadió: "Échate la capa encima y sígueme." 9Pedro salió tras él, pero no sabía si realmente estaba sucediendo lo que el ángel hacía. Le parecía que se trataba de una visión. 10Pasaron por la primera y la segunda guardia, y llegaron al portón de hierro que daba a la ciudad. El portón se les abrió por sí solo, y salieron. Caminaron unas cuadras, y de repente el ángel lo dejó solo. 11Entonces Pedro volvió en sí y se dijo: "Ahora estoy completamente seguro de que el Señor ha enviado a su ángel para librarme del poder de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba." 12Cuando cayó en cuenta de esto, fue a casa de María, la madre de Juan, apodado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando. 13Llamó a la puerta de la calle, y salió a responder una sierva llamada Rode. 14Al reconocer la voz de Pedro, se puso tan contenta que volvió corriendo sin abrir. --¡Pedro está a la puerta! --exclamó. 15--¡Estás loca! --le dijeron. Ella insistía en que así era, pero los otros decían: --Debe de ser su ángel. 16Entre tanto, Pedro seguía llamando. Cuando abrieron la puerta y lo vieron, quedaron pasmados. 17Con la mano Pedro les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. --Cuéntenles esto a Jacobo y a los hermanos --les dijo. Luego salió y se fue a otro lugar. 18Al amanecer se produjo un gran alboroto entre los soldados respecto al paradero de Pedro. 19Herodes hizo averiguaciones, pero al no encontrarlo, les tomó declaración a los guardias y mandó matarlos. Después viajó de Judea a Cesarea y se quedó allí.Muerte de Herodes
20Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón, pero ellos se pusieron de acuerdo y se presentaron ante él. Habiéndose ganado el favor de Blasto, camarero del rey, pidieron paz, porque su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones. 21El día señalado, Herodes, ataviado con su ropaje real y sentado en su trono, le dirigió un discurso al pueblo. 22La gente gritaba: "¡Voz de un dios, no de hombre!" 23Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios, y Herodes murió comido de gusanos. 24Pero la palabra de Dios seguía extendiéndose y difundiéndose. 25Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su servicio, regresaron de* Jerusalén llevando con ellos a Juan, llamado también Marcos.Capítulo 13
Bernabé y Saulo comienzan su primer viaje misionero
1En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo. 2Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: "Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado." 3Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.Los apóstoles predican en Chipre
4Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 5Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan como ayudante. 6Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús, 7que estaba con el gobernador* Sergio Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por escuchar la palabra de Dios. 8Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. 9Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10"¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor? 11Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol." Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas quien lo llevara de la mano. 12Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia
13Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar desde Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a Jerusalén; 14ellos, por su parte, siguieron su viaje desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. 15Al terminar la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: "Hermanos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen." 16Pablo se puso en pie, hizo una señal con la mano y dijo: "Escúchenme, israelitas, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: 17El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros antepasados y engrandeció al pueblo mientras vivían como extranjeros en Egipto. Con gran poder los sacó de aquella tierra 18y soportó su mal proceder* en el desierto unos cuarenta años. 19Luego de destruir siete naciones en Canaán, dio a su pueblo la tierra de ellas en herencia. 20Todo esto duró unos cuatrocientos cincuenta años. "Después de esto, Dios les asignó jueces hasta los días del profeta Samuel. 21Entonces pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que gobernó por cuarenta años. 22Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: 'He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero.' 23"De los descendientes de éste, conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un salvador, que es Jesús. 24Antes de la venida de Jesús, Juan predicó un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. 25Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: '¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquél. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias.' 26"Hermanos y hermanas, descendientes de Abraham, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación. 27Los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no reconocieron a Jesús. Por tanto, al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas que se leen todos los sábados. 28Aunque no encontraron ninguna causa digna de muerte, le pidieron a Pilato que lo hiciera ejecutar. 29Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo sepultaron. 30Pero Dios lo levantó de entre los muertos. 31Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. 32"Nosotros les anunciamos a ustedes las buenas nuevas respecto a la promesa hecha a nuestros antepasados. 33Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: "'Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado.'* 34Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras: "'Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David.'* 35Por eso dice en otro pasaje: "'No permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción.'* 36"Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción. 37Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción de su cuerpo. 38"Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados. 39Ustedes no pudieron ser justificados de esos pecados por la ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de Jesús. 40Tengan cuidado, no sea que les suceda lo que han dicho los profetas: 41"'Miren, burlones, asómbrense y desaparezcan, porque yo estoy realizando en sus días una obra que ustedes nunca creerán, aunque alguien se la explique.'*" 42Al salir ellos de la sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas cosas. 43Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios. 44El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor. 45Pero cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía. 46Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: "Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles. 47Así nos lo ha mandado el Señor: "'Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que seas medio de salvación hasta los confines de la tierra.'*" 48Al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna. 49La palabra del Señor se difundía por toda la región. 50Pero los judíos incitaron a mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé. Por tanto, los expulsaron de la región. 51Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. 52Y los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
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