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Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 3
Jesús y Nicodemo
1Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. 2Éste fue de noche a visitar a Jesús. --Rabí --le dijo--, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él. 3--De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo* no puede ver el reino de Dios --dijo Jesús. 4--¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? --preguntó Nicodemo--. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? 5--Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios --respondió Jesús--. 6Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. 7No te sorprendas de que te haya dicho: 'Tienen que nacer de nuevo.' 8El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu. 9Nicodemo replicó: --¿Cómo es posible que esto suceda? 10--Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? --respondió Jesús de nuevo--. 11Te digo con seguridad y verdad que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. 12Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿entonces cómo van a creer si les hablo de las celestiales? 13Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.* 14"Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15para que todo el que crea en él tenga vida eterna.*De tal manera amó Dios al mundo
16"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. 18El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. 19Ésta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. 20Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. 21En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.*El amigo del esposo
22Después de esto Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba. 23También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua. Así que la gente iba para ser bautizada. 24(Esto sucedió antes de que encarcelaran a Juan.) 25Se entabló entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío* en torno a los ritos de purificación. 26Aquéllos fueron a ver a Juan y le dijeron: --Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él. 27--Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda --les respondió Juan--. 28Ustedes me son testigos de que dije: 'Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.' 29El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Ésa es la alegría que me inunda. 30A él le toca crecer, y a mí menguar.El que viene de arriba
31"El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, es terrenal y de lo terrenal habla. El que viene del cielo está por encima de todos 32y da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. 33El que lo recibe certifica que Dios es veraz. 34El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción. 35El Padre ama al Hijo, y ha puesto todo en sus manos. 36El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.*Capítulo 4
Jesús y la mujer samaritana
1Jesús* se enteró de que los fariseos sabían que él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan 2(aunque en realidad no era Jesús quien bautizaba sino sus discípulos). 3Por eso se fue de Judea y volvió otra vez a Galilea. 4Como tenía que pasar por Samaria, 5llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José. 6Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía.* 7Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo: --Dame un poco de agua. 8(OMITTED TEXT) 9Pero como los judíos no usan nada en común* con los samaritanos, la mujer le respondió: --¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana? 10--Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua --contestó Jesús--, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida. 11--Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo; ¿de dónde, pues, vas a sacar esa agua que da vida? 12¿Acaso eres tú superior a nuestro padre Jacob, que nos dejó este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado? 13--Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed --respondió Jesús--, 14pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna. 15--Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla. 16--Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá --le dijo Jesús. 17--No tengo esposo --respondió la mujer. --Bien has dicho que no tienes esposo. 18Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo. En esto has dicho la verdad. 19--Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta. 20Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén. 21--Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. 22Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos. 23Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad,* porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. 25--Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo --respondió la mujer--. Cuando él venga nos explicará todas las cosas. 26--Ése soy yo, el que habla contigo --le dijo Jesús. 27En esto llegaron sus discípulos y se sorprendieron de verlo hablando con una mujer, aunque ninguno le preguntó: "¿Qué pretendes?" o "¿De qué hablas con ella?" 28La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente: 29--Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30Salieron del pueblo y fueron a ver a Jesús. 31Mientras tanto, sus discípulos le insistían: --Rabí, come algo. 32--Yo tengo un alimento que ustedes no conocen --replicó él. 33"¿Le habrán traído algo de comer?", comentaban entre sí los discípulos. 34--Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra --les dijo Jesús--. 35¿No dicen ustedes: 'Todavía faltan cuatro meses para la cosecha'? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura; 36ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna. Ahora tanto el sembrador como el segador se alegran juntos. 37Porque como dice el refrán: 'Uno es el que siembra y otro el que cosecha.' 38Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo. 39Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: "Me dijo todo lo que he hecho." 40Así que cuando los samaritanos vinieron a su encuentro le insistieron en que se quedara con ellos. Jesús permaneció allí dos días, 41y muchos más llegaron a creer por lo que él mismo decía. 42--Ya no creemos sólo por lo que tú dijiste --le decían a la mujer--; ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.Jesús sana al hijo de un noble
43Después de esos dos días salió de allí rumbo a Galilea 44(pues, como él mismo había dicho, a ningún profeta se le honra en su propia tierra). 45Cuando llegó a Galilea, fue bien recibido por los galileos, pues éstos habían visto personalmente todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, ya que ellos habían estado también allí. 46Y volvió otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. 47Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir. 48--Ustedes nunca van a creer si no ven señales y prodigios --le dijo Jesús. 49--Señor --rogó el funcionario--, baja antes de que se muera mi hijo. 50--Vuelve a casa, que tu hijo vive --le dijo Jesús--. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. 51Cuando se dirigía a su casa, sus siervos salieron a su encuentro y le dieron la noticia de que su hijo estaba vivo. 52Cuando les preguntó a qué hora había comenzado su hijo a sentirse mejor, le contestaron: --Ayer a la una de la tarde* se le quitó la fiebre. 53Entonces el padre se dio cuenta de que precisamente a esa hora Jesús le había dicho: "Tu hijo vive." Así que creyó él con toda su familia. 54Ésta fue la segunda señal que hizo Jesús después que volvió de Judea a Galilea.
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