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La Biblia hoy - La Biblia de las Américas

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
03/03/2025

Deuteronomio 11-13

Capítulo 11

La grandeza de Jehová

 1Amarás, pues, al SEÑOR tu Dios, y guardarás siempre sus mandatos, sus estatutos, sus ordenanzas y sus mandamientos. 2Y comprended hoy que no estoy hablando con vuestros hijos, los cuales no han visto la disciplina del SEÑOR vuestro Dios: su grandeza, su mano poderosa, su brazo extendido, 3sus señales y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra; 4lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, al hacer que el agua del mar Rojo los cubriera cuando os perseguían, y el SEÑOR los destruyó completamente; 5lo que os hizo en el desierto hasta que llegasteis a este lugar, 6y lo que hizo a Datán y Abiram, los hijos de Eliab, hijo de Rubén, cuando la tierra abrió su boca y los tragó a ellos, a sus familias, a sus tiendas y a todo ser viviente que los seguía, en medio de todo Israel. 7Pero vuestros propios ojos han visto toda la gran obra que el SEÑOR ha hecho.

Bendiciones de la Tierra Prometida

 8Guardad, pues, todos los mandamientos que os ordeno hoy, para que seáis fuertes, y entréis y toméis posesión de la tierra a la cual entráis para poseerla; 9para que prolonguéis vuestros días en la tierra que el SEÑOR juró dar a vuestros padres y a su descendencia, una tierra que mana leche y miel. 10Porque la tierra a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde vinisteis, donde sembrabas tu semilla, y la regabas con el pie como una huerta de hortalizas, 11sino que la tierra a la cual entráis para poseerla, tierra de montes y valles, bebe el agua de las lluvias del cielo. 12Es una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida; los ojos del SEÑOR tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año. 13Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar al SEÑOR vuestro Dios y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, 14El dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. 15Y El dará hierba en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás. 16Cuidaos, no sea que se engañe vuestro corazón y os desviéis y sirváis a otros dioses, y los adoréis. 17No sea que la ira del SEÑOR se encienda contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la buena tierra que el SEÑOR os da. 18Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. 19Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 20Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, 21para que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus padres, por todo el tiempo que los cielos permanezcan sobre la tierra. 22Porque si guardáis cuidadosamente todo este mandamiento que os ordeno para cumplirlo, amando al SEÑOR vuestro Dios, andando en todos sus caminos y allegándoos a El, 23entonces el SEÑOR expulsará de delante de vosotros a todas estas naciones, y vosotros desposeeréis a naciones más grandes y más poderosas que vosotros. 24Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro; vuestras fronteras serán desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río, el río Eufrates, hasta el mar occidental. 25Nadie os podrá hacer frente; el SEÑOR vuestro Dios infundirá, como El os ha dicho, espanto y temor de vosotros en toda la tierra que pise vuestro pie. 26He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: 27la bendición, si escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que os ordeno hoy; 28y la maldición, si no escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no habéis conocido. 29Y acontecerá, que cuando el SEÑOR tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal. 30¿No están ellos al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More? 31Porque vais a pasar el Jordán para ir a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da, y la tomaréis y habitaréis en ella; 32y tendréis cuidado de cumplir todos los estatutos y decretos que hoy pongo delante de vosotros.

Capítulo 12

El santuario único

 1Estos son los estatutos y los decretos que observaréis cuidadosamente en la tierra que el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dado para que la poseas todos los días que viváis sobre su suelo. 2Destruiréis completamente todos los lugares donde las naciones que desposeeréis sirven a sus dioses: sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso. 3Y demoleréis sus altares, quebraréis sus pilares sagrados, quemaréis a fuego sus imágenes de Asera, derribaréis las imágenes talladas de sus dioses y borraréis su nombre de aquel lugar. 4No procederéis así con el SEÑOR vuestro Dios, 5sino que buscaréis al SEÑOR en el lugar en que el SEÑOR vuestro Dios escoja de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su morada, y allí vendréis. 6Y allí traeréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la contribución de vuestra mano, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias, y el primogénito de vuestras vacas y de vuestras ovejas. 7Allí también vosotros y vuestras familias comeréis en presencia del SEÑOR vuestro Dios, y os alegraréis en todas vuestras empresas en las cuales el SEÑOR vuestro Dios os ha bendecido. 8De ninguna manera haréis lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos; 9porque todavía no habéis llegado al lugar de reposo y a la heredad que el SEÑOR vuestro Dios os da. 10Cuando crucéis el Jordán y habitéis en la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en heredad, y El os dé descanso de todos vuestros enemigos alrededor de vosotros para que habitéis seguros, 11entonces sucederá que al lugar que el SEÑOR vuestro Dios escoja para morada de su nombre, allí traeréis todo lo que yo os mando: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda alzada de vuestra mano, y todo lo más selecto de vuestras ofrendas votivas que habéis prometido al SEÑOR. 12Y os alegraréis en presencia del SEÑOR vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que vive dentro de vuestras puertas, ya que no tiene parte ni heredad entre vosotros. 13Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas, 14sino en el lugar que el SEÑOR escoja en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. 15Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo, según la bendición que el SEÑOR tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de ciervo. 16Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis como agua sobre la tierra. 17No te es permitido comer dentro de tus ciudades el diezmo de tu grano, de tu mosto, o de tu aceite, ni de los primogénitos de tus vacas o de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometas, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano, 18sino que lo comerás en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive dentro de tus puertas; y te alegrarás en presencia del SEÑOR tu Dios de toda la obra de tus manos. 19Cuídate de no desamparar al levita mientras vivas en tu tierra. 20Cuando el SEÑOR tu Dios haya extendido tus fronteras como te ha prometido, y tú digas: "Comeré carne", porque deseas comer carne, entonces podrás comer carne, toda la que desees. 21Si el lugar que el SEÑOR tu Dios escoge para poner su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que el SEÑOR te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de tus ciudades todo lo que desees. 22Tal como se come la gacela y el ciervo, así la podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer de ella. 23Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne. 24No la comerás; la derramarás como agua sobre la tierra. 25No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es justo delante del SEÑOR. 26Solamente las cosas sagradas que tengas y tus ofrendas votivas, las tomarás e irás al lugar que el SEÑOR escoja. 27Y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del SEÑOR tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del SEÑOR tu Dios, y podrás comer la carne. 28Escucha con cuidado todas estas palabras que te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, porque estarás haciendo lo que es bueno y justo delante del SEÑOR tu Dios.

Advertencias contra la idolatría

 29Cuando el SEÑOR tu Dios haya destruido delante de ti las naciones que vas a desposeer, y las hayas desposeído y habites en su tierra, 30cuídate de no caer en una trampa imitándolas, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no buscar sus dioses, diciendo: "¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que yo haga lo mismo?" 31No procederás así para con el SEÑOR tu Dios, porque toda acción abominable que el SEÑOR odia ellos la han hecho en honor de sus dioses; porque aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego en honor a sus dioses. 32Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.

Capítulo 13

 1Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio, 2y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: "Vamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles", 3no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; porque el SEÑOR tu Dios te está probando para ver si amas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. 4En pos del SEÑOR vuestro Dios andaréis y a El temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a El os uniréis. 5Pero a ese profeta o a ese soñador de sueños se le dará muerte, por cuanto ha aconsejado rebelión contra el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te redimió de casa de servidumbre, para apartarte del camino en el cual el SEÑOR tu Dios te mandó andar. Así quitarás el mal de en medio de ti. 6Si tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la mujer que amas, o tu amigo entrañable, te incita en secreto, diciendo: "Vamos y sirvamos a otros dioses" (a quienes ni tú ni tus padres habéis conocido, 7de los dioses de los pueblos que te rodean, cerca o lejos de ti, de un término de la tierra al otro), 8no cederás ni le escucharás; y tu ojo no tendrá piedad de él, tampoco lo perdonarás ni lo encubrirás, 9sino que ciertamente lo matarás; tu mano será la primera contra él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. 10Lo apedrearás hasta la muerte porque él trató de apartarte del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. 11Entonces todo Israel oirá y temerá, y nunca volverá a hacer tal maldad en medio de ti. 12Si oyes decir que en alguna de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da para habitar, 13han salido hombres indignos de en medio de ti y han seducido a los habitantes de su ciudad, diciendo: "Vamos y sirvamos a otros dioses" (a quienes no has conocido), 14entonces inquirirás, buscarás y preguntarás con diligencia. Y si es verdad y se comprueba que se ha hecho tal abominación en medio de ti, 15irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de esa ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que hay en ella, y también su ganado a filo de espada. 16Entonces amontonarás todo su botín en medio de su plaza, y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como ofrenda encendida al SEÑOR tu Dios; y será montón de ruinas para siempre. Nunca será reconstruida. 17Y nada de lo dedicado al anatema quedará en tu mano, para que el SEÑOR se aparte del ardor de su ira y sea misericordioso contigo, tenga compasión de ti y te multiplique, tal como El juró a tus padres, 18porque escuchas la voz del SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, haciendo lo que es justo ante los ojos del SEÑOR tu Dios.

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