La Biblia hoy - La Biblia de las Américas
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 16
Dios da el maná
1Partieron de Elim, y toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida de la tierra de Egipto. 2Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y contra Aarón en el desierto. 3Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud. 4Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley. 5Y sucederá que en el sexto día, cuando preparen lo que traigan, la porción será el doble de lo que recogen diariamente. 6Entonces Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que el SEÑOR os ha sacado de la tierra de Egipto; 7y por la mañana veréis la gloria del SEÑOR, pues El ha oído vuestras murmuraciones contra el SEÑOR; ¿y qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros? 8Y Moisés dijo: Esto sucederá cuando el SEÑOR os dé carne para comer por la tarde, y pan hasta saciaros por la mañana; porque el SEÑOR ha oído vuestras murmuraciones contra El. Pues ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR. 9Y Moisés dijo a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: "Acercaos a la presencia del SEÑOR, porque El ha oído vuestras murmuraciones." 10Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto y, he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube. 11Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 12He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales, diciendo: "Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan; y sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios." 13Y sucedió que por la tarde subieron las codornices y cubrieron el campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. 14Cuando la capa de rocío se evaporó, he aquí, sobre la superficie del desierto había una cosa delgada, como copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra. 15Al verla, los hijos de Israel se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo que era. Y Moisés les dijo: Es el pan que el SEÑOR os da para comer. 16Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: "Cada uno recoja de él lo que vaya a comer; tomaréis un gomer por cabeza, conforme al número de personas que cada uno de vosotros tiene en su tienda." 17Y así lo hicieron los hijos de Israel, y unos recogieron mucho y otros poco. 18Cuando lo midieron con el gomer, al que había recogido mucho no le sobró, ni le faltó al que había recogido poco; cada uno había recogido lo que iba a comer. 19Y Moisés les dijo: Que nadie deje nada para la mañana siguiente . 20Mas no obedecieron a Moisés, y algunos dejaron parte del maná para la mañana siguiente, pero crió gusanos y se pudrió; y Moisés se enojó con ellos. 21Lo recogían cada mañana, cada uno lo que iba a comer; pero cuando el sol calentaba, se derretía. 22Y sucedió que en el sexto día recogieron doble porción de alimento, dos gomeres para cada uno. Y cuando todos los jefes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés, 23él les respondió: Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: "Mañana es día de reposo, día de reposo consagrado al SEÑOR. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardadlo para mañana." 24Y lo guardaron hasta la mañana como Moisés había mandado, y no se pudrió ni hubo en él gusano alguno. 25Y Moisés dijo: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para el SEÑOR; hoy no lo hallaréis en el campo. 26Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día, día de reposo, no habrá nada. 27Y sucedió que el séptimo día, algunos del pueblo salieron a recoger, pero no encontraron nada. 28Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes? 29Mirad que el SEÑOR os ha dado el día de reposo; por eso el sexto día os da pan para dos días. Quédese cada uno en su lugar, y que nadie salga de su lugar el séptimo día. 30Y el pueblo reposó el séptimo día. 31Y la casa de Israel le puso el nombre de maná, y era como la semilla del cilantro, blanco, y su sabor era como de hojuelas con miel. 32Y Moisés dijo: Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: "Que se guarde un gomer lleno de maná para vuestras generaciones, para que vean el pan que yo os di de comer en el desierto cuando os saqué de la tierra de Egipto." 33Entonces dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer lleno de maná, y colócalo delante del SEÑOR a fin de guardarlo para vuestras generaciones. 34Tal como el SEÑOR ordenó a Moisés, así lo colocó Aarón delante del Testimonio para que fuera guardado. 35Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; comieron el maná hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán. 36Un gomer es la décima parte de un efa.Capítulo 17
Agua de la roca
1Toda la congregación de los hijos de Israel marchó por jornadas desde el desierto de Sin, conforme al mandamiento del SEÑOR; y acamparon en Refidim, y no había agua para que el pueblo bebiera. 2Entonces el pueblo contendió con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR? 3Pero el pueblo tuvo allí sed, y murmuró el pueblo contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 4Y clamó Moisés al SEÑOR, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrearán. 5Y el SEÑOR dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con la cual golpeaste el Nilo, y ve. 6He aquí, yo estaré allí delante de ti sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrá agua de ella para que beba el pueblo. Y así lo hizo Moisés en presencia de los ancianos de Israel. 7Y puso a aquel lugar el nombre de Masah y Meriba, por la contienda de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está el SEÑOR entre nosotros o no?Guerra con Amalec
8Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9Y Moisés dijo a Josué: Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre del collado con la vara de Dios en mi mano. 10Y Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalec; y Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec. 12Pero las manos de Moisés se le cansaban. Entonces tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó en ella; y Aarón y Hur le sostenían las manos, uno de un lado y otro del otro. Así estuvieron sus manos firmes hasta que se puso el sol. 13Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. 14Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo. 15Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre El SEÑOR es mi Estandarte, 16y dijo: El SEÑOR lo ha jurado; el SEÑOR hará guerra contra Amalec de generación en generación.Capítulo 18
Jetro visita a Moisés
1Y Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo Israel, cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. 2Entonces Jetro, suegro de Moisés, tomó a Séfora, mujer de Moisés, después que éste la había enviado a su casa, 3y a sus dos hijos, uno de los cuales se llamaba Gersón, pues Moisés había dicho: He sido peregrino en tierra extranjera, 4y el nombre del otro era Eliezer, pues había dicho: El Dios de mi padre fue mi ayuda y me libró de la espada de Faraón. 5Y vino Jetro, suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de Moisés al desierto, donde éste estaba acampado junto al monte de Dios. 6Y mandó decir a Moisés: Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y sus dos hijos con ella. 7Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó; y se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda. 8Y Moisés contó a su suegro todo lo que el SEÑOR había hecho a Faraón y a los egipcios por amor a Israel, todas las dificultades que les habían sobrevenido en el camino y cómo los había librado el SEÑOR. 9Y se alegró Jetro de todo el bien que el SEÑOR había hecho a Israel, al librarlo de la mano de los egipcios. 10Entonces Jetro dijo: Bendito sea el SEÑOR que os libró de la mano de los egipcios y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo del poder de los egipcios. 11Ahora sé que el SEÑOR es más grande que todos los dioses; ciertamente, esto se probó cuando trataron al pueblo con arrogancia. 12Y Jetro, suegro de Moisés, tomó un holocausto y sacrificios para Dios, y Aarón vino con todos los ancianos de Israel a comer con el suegro de Moisés delante de Dios.Nombramiento de jueces
13Y aconteció que al día siguiente Moisés se sentó a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta el atardecer. 14Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces por el pueblo? ¿Por qué juzgas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta el atardecer? 15Y respondió Moisés a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16Cuando tienen un pleito, vienen a mí, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los estatutos de Dios y sus leyes. 17Y el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. 18Con seguridad desfallecerás tú, y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no puedes hacerlo tú solo. 19Ahora, escúchame; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios, y somete los asuntos a Dios. 20Y enséñales los estatutos y las leyes, y hazles saber el camino en que deben andar y la obra que han de realizar. 21Además, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. 22Y que juzguen ellos al pueblo en todo tiempo; y que traigan a ti todo pleito grave, pero que ellos juzguen todo pleito sencillo. Así será más fácil para ti, y ellos llevarán la carga contigo. 23Si haces esto, y Dios te lo manda, tú podrás resistir y todo este pueblo por su parte irá en paz a su lugar. 24Moisés escuchó a su suegro, e hizo todo lo que él había dicho. 25Y escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel, y los puso por cabezas del pueblo, como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. 26Ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo; el pleito difícil lo traían a Moisés, mas todo pleito sencillo lo juzgaban ellos. 27Y Moisés despidió a su suegro, y éste se fue a su tierra.Capítulo 19
Israel en Sinaí
1Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí. 2Partieron de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto; allí, delante del monte, acampó Israel. 3Y Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: 4"Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí. 5"Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; 6y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. 7Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. 8Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho. Y llevó Moisés al SEÑOR las palabras del pueblo. 9Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo y también te crean para siempre. Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras del SEÑOR. 10El SEÑOR dijo también a Moisés: Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos; 11y que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el SEÑOR descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. 12Y pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: "Guardaos de subir al monte o tocar su límite; cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. 13"Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá." Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte. 14Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y ellos lavaron sus vestidos. 15Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a mujer. 16Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló todo el pueblo que estaba en el campamento. 17Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. 18Y todo el monte Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. 19El sonido de la trompeta aumentaba más y más; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. 20Y el SEÑOR descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte; y llamó el SEÑOR a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21Y el SEÑOR dijo a Moisés: Desciende, advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al SEÑOR y perezcan muchos de ellos. 22También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, no sea que el SEÑOR irrumpa contra ellos. 23Y Moisés dijo al SEÑOR: El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque tú nos advertiste, diciendo: "Pon límites alrededor del monte y santifícalo." 24Entonces el SEÑOR le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al SEÑOR, no sea que El irrumpa contra ellos. 25Descendió, pues, Moisés y advirtió al pueblo.Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation (http://www.lockman.org)