La Biblia hoy - La Biblia de las Américas
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 7
1Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Mira, yo te hago como Dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. 2Tú hablarás todo lo que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje salir de su tierra a los hijos de Israel. 3Pero yo endureceré el corazón de Faraón para multiplicar mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto. 4Y Faraón no os escuchará; entonces pondré mi mano sobre Egipto y sacaré de la tierra de Egipto a mis ejércitos, a mi pueblo los hijos de Israel, con grandes juicios. 5Y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR, cuando yo extienda mi mano sobre Egipto y saque de en medio de ellos a los hijos de Israel. 6E hicieron Moisés y Aarón como el SEÑOR les mandó; así lo hicieron. 7Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres cuando hablaron a Faraón.La vara de Aarón
8Y habló el SEÑOR a Moisés y a Aarón, diciendo: 9Cuando os hable Faraón, y diga: "Haced un milagro", entonces dirás a Aarón: "Toma tu vara y échala delante de Faraón para que se convierta en serpiente." 10Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón e hicieron tal como el SEÑOR les había mandado; y Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y ésta se convirtió en serpiente. 11Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos; 12pues cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.La plaga de sangre
14Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: El corazón de Faraón es terco; se niega a dejar ir al pueblo. 15Preséntate a Faraón por la mañana cuando vaya al agua, y ponte a orillas del Nilo para encontrarte con él; y toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente. 16Y dile: "El SEÑOR, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto. Mas he aquí, hasta ahora no has escuchado.' 17"Así dice el SEÑOR: 'En esto conocerás que yo soy el SEÑOR: he aquí, yo golpearé con la vara que está en mi mano las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre. 18'Y los peces que hay en el Nilo morirán, y el río se corromperá y los egipcios tendrán asco de beber el agua del Nilo.'" 19Y el SEÑOR dijo a Moisés: Di a Aarón: "Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra." 20Así lo hicieron Moisés y Aarón, tal como el SEÑOR les había ordenado. Y alzó Aarón la vara y golpeó las aguas que había en el Nilo ante los ojos de Faraón y de sus siervos, y todas las aguas que había en el Nilo se convirtieron en sangre. 21Y los peces que había en el Nilo murieron y el río se corrompió, de manera que los egipcios no podían beber agua del Nilo. Y había sangre por toda la tierra de Egipto. 22Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. 23Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto. 24Y todos los egipcios cavaron en los alrededores del Nilo en busca de agua para beber, porque no podían beber de las aguas del Nilo. 25Y pasaron siete días después que el SEÑOR hirió al Nilo.Capítulo 8
La plaga de ranas
1Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: "Así dice el SEÑOR: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 2'Pero si te niegas a dejarlos ir, he aquí, heriré todo tu territorio con ranas. 3'Y el Nilo se llenará de ranas, que subirán y entrarán en tu casa, en tu alcoba y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. 4'Y subirán las ranas sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos.'" 5Dijo además el SEÑOR a Moisés: Di a Aarón: "Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los arroyos y sobre los estanques, y haz que suban ranas sobre la tierra de Egipto." 6Y extendió Aarón su mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas subieron y cubrieron la tierra de Egipto. 7Y los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto. 8Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: Rogad al SEÑOR para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios al SEÑOR. 9Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate decirme cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas y queden solamente en el río. 10Y él respondió: Mañana. Entonces Moisés dijo: Sea conforme a tu palabra para que sepas que no hay nadie como el SEÑOR nuestro Dios. 11Y las ranas se alejarán de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo; sólo quedarán en el Nilo. 12Entonces Moisés y Aarón salieron de la presencia de Faraón, y Moisés clamó al SEÑOR acerca de las ranas que El había puesto sobre Faraón. 13Y el SEÑOR hizo conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. 14Y las juntaron en montones, y la tierra se corrompió. 15Pero al ver Faraón que había alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.La plaga de piojos
16Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Di a Aarón: "Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos por toda la tierra de Egipto." 17Y así lo hicieron; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos por todo el país de Egipto. 18Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron; hubo, pues, piojos en hombres y animales. 19Entonces los magos dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.La plaga de moscas
20Y el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate muy de mañana y ponte delante de Faraón cuando vaya al agua, y dile: "Así dice el SEÑOR: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 21'Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí, enviaré enjambres de insectos sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y dentro de tus casas; y las casas de los egipcios se llenarán de enjambres de insectos, y también el suelo sobre el cual están. 22'Mas en aquel día yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora mi pueblo, para que no haya allí enjambres de insectos, a fin de que sepas que yo, el SEÑOR, estoy en medio de la tierra; 23y yo haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana tendrá lugar esta señal.'" 24Y así lo hizo el SEÑOR. Y entraron grandes enjambres de insectos en la casa de Faraón y en las casas de sus siervos, y en todo el país de Egipto la tierra fue devastada a causa de los enjambres de insectos. 25Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón, y dijo: Id, ofreced sacrificio a vuestro Dios dentro del país. 26Pero Moisés respondió: No conviene que lo hagamos así, porque es abominación para los egipcios lo que sacrificaremos al SEÑOR nuestro Dios. Si sacrificamos lo que es abominación para los egipcios delante de sus ojos, ¿no nos apedrearán? 27Andaremos una distancia de tres días de camino en el desierto, y ofreceremos sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, tal como El nos manda. 28Y Faraón dijo: Os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificio al SEÑOR vuestro Dios en el desierto, sólo que no vayáis muy lejos. Orad por mí. 29Entonces dijo Moisés: He aquí, voy a salir de tu presencia y rogaré al SEÑOR que los enjambres de insectos se alejen mañana de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; pero que Faraón no vuelva a obrar con engaño, no dejando ir al pueblo a ofrecer sacrificios al SEÑOR. 30Y salió Moisés de la presencia de Faraón y oró al SEÑOR. 31Y el SEÑOR hizo como Moisés le pidió, y quitó los enjambres de insectos de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; no quedó ni uno solo. 32Pero Faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.Capítulo 9
La plaga en el ganado
1Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: "Así dice el SEÑOR, el Dios de los hebreos: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 2'Porque si te niegas a dejarlos ir y los sigues deteniendo, 3he aquí, la mano del SEÑOR vendrá con gravísima pestilencia sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas. 4'Pero el SEÑOR hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto, y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.'" 5Y el SEÑOR fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el SEÑOR hará esto en la tierra. 6Y el SEÑOR hizo esto al día siguiente, y perecieron todos los ganados de Egipto; pero de los ganados de los hijos de Israel, ni un solo animal murió. 7Y Faraón envió a ver, y he aquí, ni un solo animal de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció y no dejó ir al pueblo.La plaga de úlceras
8Entonces el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón; 9y se convertirá en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto, y producirá furúnculos que resultarán en úlceras en los hombres y en los animales, por toda la tierra de Egipto. 10Tomaron, pues, hollín de un horno, y se presentaron delante de Faraón, y Moisés lo arrojó hacia el cielo, y produjo furúnculos que resultaron en úlceras en los hombres y en los animales. 11Y los magos no podían estar delante de Moisés a causa de los furúnculos, pues los furúnculos estaban tanto en los magos como en todos los egipcios. 12Y el SEÑOR endureció el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho a Moisés.La plaga de granizo
13Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: "Así dice el SEÑOR, el Dios de los hebreos: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva. 14'Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15'Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. 16'Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra. 17'Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos ir. 18'He aquí, mañana como a esta hora, enviaré granizo muy pesado, tal como no ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta ahora. 19'Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados y todo lo que tienes en el campo, porque todo hombre o todo animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo.'" 20El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de la palabra del SEÑOR, hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus casas, 21pero el que no hizo caso a la palabra del SEÑOR, dejó a sus siervos y sus ganados en el campo. 22Y el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda planta del campo por toda la tierra de Egipto. 23Y extendió Moisés su vara hacia el cielo, y el SEÑOR envió truenos y granizo, y cayó fuego sobre la tierra. Y el SEÑOR hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24Y hubo granizo muy intenso, y fuego centelleando continuamente en medio del granizo, muy pesado, tal como no había habido en toda la tierra de Egipto desde que llegó a ser una nación. 25Y el granizo hirió todo lo que había en el campo por toda la tierra de Egipto, tanto hombres como animales; el granizo hirió también toda planta del campo, y destrozó todos los árboles del campo. 26Sólo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo. 27Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo: Esta vez he pecado; el SEÑOR es el justo, y yo y mi pueblo somos los impíos. 28Rogad al SEÑOR, porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios; y os dejaré ir y no os quedaréis más aquí. 29Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos al SEÑOR; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del SEÑOR. 30En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis al SEÑOR Dios. 31(Y el lino y la cebada fueron destruidos, pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba en flor; 32pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, por ser tardíos.) 33Y salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos al SEÑOR, y los truenos y el granizo cesaron, y no cayó más lluvia sobre la tierra. 34Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció su corazón, tanto él como sus siervos. 35Y se endureció el corazón de Faraón y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el SEÑOR había dicho por medio de Moisés.Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation (http://www.lockman.org)