La Biblia hoy - La Biblia de las Américas
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 33
Reconciliación entre Jacob y Esaú
1Y alzando Jacob los ojos miró, y he aquí, Esaú venía y cuatrocientos hombres con él. Entonces dividió a los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. 2Y puso a las siervas con sus hijos delante, y a Lea con sus hijos después, y a Raquel con José en último lugar; 3y él se les adelantó, y se inclinó hasta el suelo siete veces hasta que llegó cerca de su hermano. 4Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, y echándose sobre su cuello lo besó, y lloraron. 5Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y a los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos que vienen contigo? Y él respondió: Son los hijos que Dios en su misericordia ha concedido a tu siervo. 6Entonces se acercaron las siervas con sus hijos, y se inclinaron. 7Lea también se acercó con sus hijos, y se inclinaron; y después José se acercó con Raquel, y se inclinaron. 8Y dijo Esaú: ¿Qué te propones con toda esta muchedumbre que he encontrado? Y él respondió: Hallar gracia ante los ojos de mi señor. 9Pero Esaú dijo: Tengo bastante, hermano mío; sea tuyo lo que es tuyo. 10Mas Jacob respondió: No, te ruego que si ahora he hallado gracia ante tus ojos, tomes el presente de mi mano, porque veo tu rostro como uno ve el rostro de Dios, y favorablemente me has recibido. 11Acepta, te ruego, el presente que se te ha traído, pues Dios me ha favorecido, y porque yo tengo mucho. Y le insistió, y él lo aceptó. 12Entonces Esaú dijo: Pongámonos en marcha y vámonos; yo iré delante de ti. 13Pero él le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que debo cuidar de las ovejas y las vacas que están criando. Si los apuramos mucho, en un solo día todos los rebaños morirán. 14Adelántese ahora mi señor a su siervo; y yo avanzaré sin prisa, al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor en Seir. 15Y Esaú dijo: Permíteme dejarte parte de la gente que está conmigo. Pero él dijo: ¿Para qué? Halle yo gracia ante los ojos de mi señor. 16Aquel mismo día regresó Esaú por su camino a Seir; 17y Jacob siguió hasta Sucot, y se edificó una casa, e hizo cobertizos para su ganado; por eso al lugar se le puso el nombre de Sucot. 18Y Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando vino de Padán-aram, y acampó frente a la ciudad. 19La parcela de campo donde había plantado su tienda la compró de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas, 20y levantó allí un altar, y lo llamó: El-Elohe-Israel.Capítulo 34
La deshonra de Dina vengada
1Y salió Dina, la hija de Lea, a quien ésta había dado a luz a Jacob, a visitar a las hijas de la tierra. 2Y cuando la vio Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de la tierra, se la llevó y se acostó con ella y la violó. 3Y él se prendó de Dina, hija de Jacob, y amó a la joven y le habló tiernamente. 4Entonces Siquem habló a su padre Hamor, diciendo: Consígueme a esta muchacha por mujer. 5Y Jacob oyó que Siquem había deshonrado a su hija Dina, pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó silencio hasta que ellos llegaran. 6Entonces Hamor, padre de Siquem, salió a donde Jacob para hablar con él. 7Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oírlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque Siquem había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse. 8Pero Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem anhela a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer. 9Enlazaos con nosotros en matrimonios; dadnos vuestras hijas y tomad las nuestras para vosotros. 10Así moraréis con nosotros, y la tierra estará a vuestra disposición. Habitad y comerciad y adquirid propiedades en ella. 11Dijo también Siquem al padre y a los hermanos de ella: Si hallo gracia ante vuestros ojos, os daré lo que me digáis. 12Pedidme cuanta dote y presentes queráis y os daré conforme a lo que me digáis, pero dadme a la joven por mujer. 13Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y les hablaron con engaño porque Siquem había deshonrado a su hermana Dina. 14Y les dijeron: No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra. 15Sólo con esta condición os complaceremos: si os hacéis como nosotros, circuncidándose cada uno de vuestros varones; 16entonces sí os daremos nuestras hijas, y tomaremos vuestras hijas para nosotros, y moraremos con vosotros y seremos un solo pueblo. 17Pero si no nos escucháis, y no os circuncidáis, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos. 18Y sus palabras parecieron razonables a Hamor y a Siquem, hijo de Hamor. 19El joven, pues, no tardó en hacerlo porque estaba enamorado de la hija de Jacob. Y él era el más respetado de toda la casa de su padre. 20Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo: 21Estos hombres están en paz con nosotros; dejadles, pues, morar en la tierra y comerciar en ella, porque ved, la tierra es bastante amplia para ellos. Tomemos para nosotros a sus hijas por mujeres y démosles nuestras hijas. 22Mas sólo con esta condición consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados. 23¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros. 24Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salían por la puerta de la ciudad. 25Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban con más dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón. 26Y mataron a Hamor y a su hijo Siquem a filo de espada, y tomaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron. 27Después los hijos de Jacob vinieron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque ellos habían deshonrado a su hermana. 28Y se llevaron sus ovejas, sus vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y lo que había en el campo; 29y se llevaron cautivos a todos sus pequeños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas. 30Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: Me habéis traído dificultades, haciéndome odioso entre los habitantes del país, entre los cananeos y los ferezeos; y como mis hombres son pocos, ellos se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa. 31Pero ellos dijeron: ¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una ramera?Capítulo 35
Dios bendice a Jacob en Bet-el
1Entonces Dios dijo a Jacob: Levántate, sube a Betel y habita allí; y haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. 2Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos; 3y levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado. 4Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina que había junto a Siquem. 5Al proseguir el viaje, hubo gran terror en las ciudades alrededor de ellos, y no persiguieron a los hijos de Jacob. 6Y Jacob llegó a Luz, es decir, Betel, que está en la tierra de Canaán, él y todo el pueblo que estaba con él. 7Y edificó allí un altar, y llamó al lugar El-betel, porque allí Dios se le había manifestado cuando huía de su hermano. 8Y murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina; y ésta fue llamada Alón-bacut. 9Y Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando volvió de Padán-aram, y lo bendijo. 10Y Dios le dijo: Tu nombre es Jacob; no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel. Y le puso el nombre de Israel. 11También le dijo Dios: Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de naciones vendrán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. 12Y la tierra que di a Abraham y a Isaac, a ti te la daré; y daré la tierra a tu descendencia después de ti. 13Entonces Dios subió de su lado, en el lugar donde había hablado con él. 14Y Jacob erigió un pilar en el lugar donde Dios había hablado con él, un pilar de piedra, y derramó sobre él una libación; también derramó sobre él aceite. 15Y Jacob le puso el nombre de Betel al lugar donde Dios había hablado con él.Muerte de Raquel
16Entonces partieron de Betel; y cuando aún faltaba cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel comenzó a dar a luz y tuvo mucha dificultad en su parto. 17Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, la partera le dijo: No temas, porque ahora tienes este otro hijo. 18Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín. 19Murió, pues, Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. 20Y erigió Jacob un pilar sobre su sepultura; ese es el pilar de la sepultura de Raquel hasta hoy. 21Entonces partió Israel y plantó su tienda más allá de Migdal-eder.Los hijos de Jacob
22Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre; e Israel lo supo. Y los hijos de Jacob fueron doce. 23Hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, después Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. 24Hijos de Raquel: José y Benjamín. 25Hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí. 26E hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos son los hijos de Jacob que le nacieron en Padán-aram.Muerte de Isaac
27Jacob fue a su padre Isaac en Mamre de Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían residido Abraham e Isaac. 28Y vivió Isaac ciento ochenta años. 29Y expiró Isaac y murió, y fue reunido a su pueblo, anciano y lleno de días; y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation (http://www.lockman.org)