La Biblia hoy - La Biblia de las Américas
Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año
Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:
Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.
Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.
Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.
Capítulo 1
Preparativos para la conquista
1Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo: 2Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés. 4Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio. 5Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. 7Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. 8Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito. 9¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. 10Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo, diciendo: 11Pasad por medio del campamento y ordenad al pueblo, diciendo: "Preparad provisiones para vosotros, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en posesión." 12Y a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué dijo: 13Recordad la palabra que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio, diciendo: "El SEÑOR vuestro Dios os da reposo y os dará esta tierra." 14Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado permanecerán en la tierra que Moisés os dio al otro lado del Jordán; pero vosotros, todos los valientes guerreros, pasaréis en orden de batalla delante de vuestros hermanos, y los ayudaréis, 15hasta que el SEÑOR dé reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también posean la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da. Entonces volveréis a vuestra tierra y poseeréis lo que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio al otro lado del Jordán hacia el oriente. 16Y ellos respondieron a Josué, diciendo: Haremos todo lo que nos has mandado, y adondequiera que nos envíes, iremos. 17Como obedecimos en todo a Moisés, así te obedeceremos a ti, con tal que el SEÑOR tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés. 18Cualquiera que se rebele contra tu mandato y no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, se le dará muerte; solamente sé fuerte y valiente.Capítulo 2
Josué envía espías a Jericó
1Y Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sitim a dos espías, diciendo: Id, reconoced la tierra, especialmente Jericó. Fueron, pues, y entraron en la casa de una ramera que se llamaba Rahab, y allí se hospedaron. 2Y se le dio aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí, unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para reconocer toda la tierra. 3Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para reconocer toda la tierra. 4Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y dijo: Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran. 5Y sucedió que a la hora de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron; no sé adónde fueron. Id de prisa tras ellos, que los alcanzaréis. 6Pero ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los tallos de lino que había puesto en orden en el terrado. 7Y ellos los persiguieron por el camino al Jordán hasta los vados, y tan pronto como los que los perseguían habían salido, fue cerrada la puerta. 8Y antes que se acostaran, ella subió al terrado donde ellos estaban, 9y dijo a los hombres: Sé que el SEÑOR os ha dado la tierra, y que el terror vuestro ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante vosotros. 10Porque hemos oído cómo el SEÑOR secó el agua del mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y de lo que hicisteis a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo. 11Y cuando lo oímos, se acobardó nuestro corazón, no quedando ya valor en hombre alguno por causa de vosotros; porque el SEÑOR vuestro Dios, El es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12Ahora pues, juradme por el SEÑOR, ya que os he tratado con bondad, que vosotros trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una promesa segura, 13que dejaréis vivir a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y a mis hermanas, con todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas de la muerte. 14Y los hombres le dijeron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no reveláis nuestro propósito; y sucederá que cuando el SEÑOR nos dé la tierra, te trataremos con bondad y lealtad. 15Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla. 16Y les dijo: Id a la región montañosa, no sea que los perseguidores os encuentren, y escondeos allí por tres días hasta que los perseguidores regresen. Entonces podéis seguir vuestro camino. 17Y los hombres le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho jurarte, 18a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padre. 19Y sucederá que cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres. Pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él. 20Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar. 21Y ella respondió: Conforme a vuestras palabras, así sea. Y los envió, y se fueron; y ella ató el cordón escarlata a la ventana. 22Y ellos se fueron y llegaron a la región montañosa, y permanecieron allí por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Y los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado. 23Entonces los dos hombres regresaron y bajaron de la región montañosa, y pasaron y vinieron a Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había acontecido. 24Y dijeron a Josué: Ciertamente, el SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante nosotros.Capítulo 3
El paso del Jordán
1Y Josué se levantó muy de mañana; y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y llegaron al Jordán, y acamparon allí antes de cruzar. 2Y sucedió que al cabo de tres días los oficiales pasaron por medio del campamento; 3y dieron órdenes al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto del SEÑOR vuestro Dios y a los sacerdotes levitas llevándola, partiréis de vuestro lugar y la seguiréis. 4Sin embargo, dejaréis entre vosotros y ella una distancia de unos dos mil codos. No os acerquéis a ella para saber el camino por donde debéis ir, porque no habéis pasado antes por este camino. 5Entonces Josué dijo al pueblo: Consagraos, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre vosotros. 6Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo. 7Y el SEÑOR dijo a Josué: Hoy comenzaré a exaltarte a los ojos de todo Israel, para que sepan que tal como estuve con Moisés, estaré contigo. 8Además, ordenarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: "Cuando lleguéis a la orilla de las aguas del Jordán, os detendréis en el Jordán." 9Entonces Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos y oíd las palabras del SEÑOR vuestro Dios. 10Y Josué añadió: En esto conoceréis que el Dios vivo está entre vosotros, y que ciertamente expulsará de delante de vosotros a los cananeos, a los hititas, a los heveos, a los ferezeos, a los gergeseos, a los amorreos y a los jebuseos. 11He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros. 12Ahora pues, tomad doce hombres de las tribus de Israel, un hombre de cada tribu. 13Y sucederá que cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del SEÑOR, el Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán quedarán cortadas, y las aguas que fluyen de arriba se detendrán en un montón. 14Y aconteció que cuando el pueblo salió de sus tiendas para pasar el Jordán con los sacerdotes llevando el arca del pacto delante del pueblo, 15y cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca se mojaron en la orilla del agua (porque el Jordán se desborda por todas sus riberas todos los días de la cosecha), 16las aguas que venían de arriba se detuvieron y se elevaron en un montón, a una gran distancia en Adam, la ciudad que está al lado de Saretán; y las que descendían hacia el mar de Arabá, el mar Salado, fueron cortadas completamente. Y el pueblo pasó frente a Jericó. 17Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR estuvieron en tierra seca en medio del Jordán mientras que todo Israel cruzaba sobre tierra seca, hasta que todo el pueblo acabó de pasar el Jordán.Capítulo 4
Las doce piedras tomadas del Jordán
1Y sucedió que cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, el SEÑOR habló a Josué, diciendo: 2Escoged doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, 3y ordenadles, diciendo: "Tomad doce piedras de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde los pies de los sacerdotes están firmes, y llevadlas con vosotros y colocadlas en el alojamiento donde habéis de pasar la noche." 4Llamó, pues, Josué a los doce hombres que había señalado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu; 5y Josué les dijo: Pasad delante del arca del SEÑOR vuestro Dios al medio del Jordán, y alce cada uno una piedra sobre su hombro, de acuerdo con el número de las tribus de los hijos de Israel. 6Sea esto una señal entre vosotros, y más tarde cuando vuestros hijos pregunten, diciendo: "¿Qué significan estas piedras para vosotros?", 7les diréis: "Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas delante del arca del pacto del SEÑOR; cuando ésta pasó el Jordán, las aguas del Jordán quedaron cortadas." Así que estas piedras servirán como recuerdo a los hijos de Israel para siempre. 8Y lo hicieron así los hijos de Israel, tal como Josué ordenó, y alzaron doce piedras de en medio del Jordán, como el SEÑOR dijo a Josué, según el número de las tribus de los hijos de Israel; y las llevaron consigo al alojamiento y allí las depositaron. 9Entonces Josué levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto, y allí permanecen hasta hoy. 10Porque los sacerdotes que llevaban el arca estuvieron parados en medio del Jordán hasta que se cumpliera todo lo que el SEÑOR había mandado a Josué que dijera al pueblo, de acuerdo con todo lo que Moisés había mandado a Josué. Y el pueblo se apresuró y pasó; 11y sucedió que cuando todo el pueblo había acabado de pasar, el arca del SEÑOR y los sacerdotes pasaron delante del pueblo. 12Y los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla delante de los hijos de Israel, tal como Moisés les había dicho; 13como cuarenta mil, equipados para la guerra, pasaron delante del SEÑOR hacia los llanos de Jericó, listos para la batalla. 14Aquel día el SEÑOR engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel; y le temieron, tal como habían temido a Moisés todos los días de su vida. 15Entonces habló el SEÑOR a Josué, diciendo: 16Ordena a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio que suban del Jordán. 17Y Josué mandó a los sacerdotes, diciendo: Subid del Jordán. 18Y sucedió que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes salieron a tierra seca, las aguas del Jordán volvieron a su lugar y corrieron sobre todas sus riberas como antes. 19El pueblo subió del Jordán el día diez del mes primero y acamparon en Gilgal al lado oriental de Jericó. 20Y aquellas doce piedras que habían sacado del Jordán, Josué las erigió en Gilgal. 21Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando vuestros hijos pregunten a sus padres el día de mañana, diciendo: "¿Qué significan estas piedras?", 22entonces lo explicaréis a vuestros hijos, diciendo: "Israel cruzó este Jordán en tierra seca." 23Porque el SEÑOR vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros hasta que pasasteis, tal como el SEÑOR vuestro Dios había hecho al mar Rojo, el cual El secó delante de nosotros hasta que pasamos, 24para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano del SEÑOR es poderosa, a fin de que temáis al SEÑOR vuestro Dios para siempre.Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation (http://www.lockman.org)