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La Biblia hoy - La Biblia de las Américas

Un plan de lectura bíblica diaria para leer toda la Biblia en un año

Al leer la Biblia cada día, permita que las Escrituras le hablen. Aquí tiene algunos consejos:

  • Antes de comenzar su lectura ore a Dios pidiéndole que él le hable por su Palabra.

  • Busque un lugar tranquilo y lea el texto con atención.

  • Hágase ciertas preguntas: ¿Por qué escribió Dios esto? ¿Qué me quiere enseñar? ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?

  • Ore al Señor pidiéndole que le dé el poder para poner en práctica lo aprendido.

Fecha seleccionada
10/01/2025

Génesis 28-30

Capítulo 28

 1Y llamó Isaac a Jacob, lo bendijo y le ordenó, diciendo: No tomarás mujer de entre las hijas de Canaán. 2Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. 3Y el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos. 4Y te dé también la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham. 5Entonces Isaac despidió a Jacob, y éste fue a Padán-aram, a casa de Labán, hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú. 6Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán, 7y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán-aram. 8Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; 9y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.

Dios se aparece a Jacob en Bet-el

 10Y salió Jacob de Beerseba, y fue para Harán. 11Y llegó a cierto lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel lugar. 12Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13Y he aquí, el SEÑOR estaba sobre ella, y dijo: Yo soy el SEÑOR, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. 15He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. 16Despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente el SEÑOR está en este lugar y yo no lo sabía. 17Y tuvo miedo y dijo: ¡Cuán imponente es este lugar! Esto no es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo. 18Y se levantó Jacob muy de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la erigió por señal y derramó aceite por encima. 19Y a aquel lugar le puso el nombre de Betel, aunque anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz. 20Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me guarda en este camino en que voy, y me da alimento para comer y ropa para vestir, 21y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el SEÑOR será mi Dios. 22Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo.

Capítulo 29

Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea

 1Entonces Jacob siguió su camino, y fue a la tierra de los hijos del oriente. 2Y miró, y vio un pozo en el campo, y he aquí, tres rebaños de ovejas estaban echados allí junto a él, porque de aquel pozo daban de beber a los rebaños, y la piedra sobre la boca del pozo era grande. 3Cuando todos los rebaños se juntaban allí, entonces rodaban la piedra de la boca del pozo y daban de beber a las ovejas, y volvían a poner la piedra en su lugar sobre la boca del pozo. 4Y Jacob dijo a los pastores: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos dijeron: Somos de Harán. 5Entonces les dijo: ¿Conocéis a Labán, hijo de Nacor? Y ellos respondieron: Lo conocemos. 6Y él les dijo: ¿Se encuentra bien? Y dijeron: Está bien; mira, su hija Raquel viene con las ovejas. 7Y él dijo: He aquí, aún es pleno día, no es tiempo de recoger el ganado. Dad de beber a las ovejas, e id a apacentarlas. 8Pero ellos dijeron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños y quiten la piedra de la boca del pozo; entonces daremos de beber a las ovejas. 9Todavía estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con las ovejas de su padre, pues ella era pastora. 10Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, Jacob subió y quitó la piedra de la boca del pozo, y dio de beber al rebaño de Labán, hermano de su madre. 11Entonces Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró. 12Y Jacob hizo saber a Raquel que él era pariente de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió y se lo hizo saber a su padre. 13Y sucedió que cuando Labán oyó las noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa. Entonces él contó a Labán todas estas cosas. 14Y le dijo Labán: Ciertamente tú eres hueso mío y carne mía. Y Jacob se quedó con él todo un mes. 15Y Labán dijo a Jacob: ¿Acaso porque eres mi pariente has de servirme de balde? Hazme saber cuál será tu salario. 16Labán tenía dos hijas; el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. 17Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer. 18Y Jacob se había enamorado de Raquel, y dijo: Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor. 19Y Labán dijo: Mejor es dártela a ti que dársela a otro hombre; quédate conmigo. 20Jacob, pues, sirvió siete años por Raquel, y le parecieron unos pocos días, por el amor que le tenía. 21Entonces Jacob dijo a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido para unirme a ella. 22Y Labán reunió a todos los hombres del lugar, e hizo un banquete. 23Y sucedió que al anochecer tomó a su hija Lea y se la trajo, y Jacob se llegó a ella. 24Y Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea como sierva. 25Cuando fue de mañana, he aquí que era Lea. Y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No fue por Raquel que te serví? ¿Por qué, pues, me has engañado? 26Y Labán respondió: No se acostumbra en nuestro lugar dar a la menor antes que a la mayor. 27Cumple la semana nupcial de ésta, y te daremos también la otra por el servicio que habrás de rendirme aún otros siete años. 28Así lo hizo Jacob, y cumplió la semana de ella; y él le dio a su hija Raquel por mujer. 29Y Labán dio su sierva Bilha a su hija Raquel como sierva. 30Y Jacob se llegó también a Raquel, y amó más a Raquel que a Lea; y sirvió a Labán durante otros siete años.

Los hijos de Jacob

 31Vio el SEÑOR que Lea era aborrecida, y le concedió hijos; pero Raquel era estéril. 32Y concibió Lea y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén, pues dijo: Por cuanto el SEÑOR ha visto mi aflicción, sin duda ahora mi marido me amará. 33Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto el SEÑOR ha oído que soy aborrecida, me ha dado también este hijo. Así que le puso por nombre Simeón. 34Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez mi marido se apegará a mí, porque le he dado tres hijos. Así que le puso por nombre Leví. 35Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al SEÑOR; así que le puso por nombre Judá; y dejó de dar a luz.

Capítulo 30

 1Pero viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y dijo a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero. 2Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y dijo: ¿Estoy yo en lugar de Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre? 3Y ella dijo: Aquí está mi sierva Bilha; llégate a ella para que dé a luz sobre mis rodillas, para que por medio de ella yo también tenga hijos. 4Y le dio a su sierva Bilha por mujer, y Jacob se llegó a ella. 5Bilha concibió y dio a luz un hijo a Jacob. 6Y Raquel dijo: Dios me ha vindicado; ciertamente ha oído mi voz y me ha dado un hijo. Por tanto le puso por nombre Dan. 7Concibió otra vez Bilha, sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob. 8Y Raquel dijo: Con grandes luchas he luchado con mi hermana, y ciertamente he prevalecido. Y le puso por nombre Neftalí. 9Viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a su sierva Zilpa y la dio por mujer a Jacob. 10Y Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un hijo a Jacob. 11Y Lea dijo: ¡Cuán afortunada! Y le puso por nombre Gad. 12Después Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un segundo hijo a Jacob. 13Y Lea dijo: Dichosa de mí; porque las mujeres me llamarán bienaventurada. Y le puso por nombre Aser. 14Fue Rubén en los días de la cosecha de trigo, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a su madre Lea. Entonces Raquel dijo a Lea: Dame, te ruego, de las mandrágoras de tu hijo. 15Pero ella le respondió: ¿Te parece poco haberme quitado el marido? ¿Me quitarás también las mandrágoras de mi hijo? Y Raquel dijo: Que él duerma, pues, contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo. 16Y cuando Jacob vino del campo por la tarde, Lea salió a su encuentro y le dijo: Debes llegarte a mí, porque ciertamente te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y él durmió con ella aquella noche. 17Escuchó Dios a Lea, y ella concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. 18Y Lea dijo: Dios me ha dado mi recompensa porque di mi sierva a mi marido. Y le puso por nombre Isacar. 19Concibió Lea otra vez y dio a luz el sexto hijo a Jacob. 20Y Lea dijo: Dios me ha favorecido con una buena dote; ahora mi marido vivirá conmigo, porque le he dado seis hijos. Y le puso por nombre Zabulón. 21Después dio a luz una hija, y le puso por nombre Dina. 22Entonces Dios se acordó de Raquel; y Dios la escuchó y le concedió hijos. 23Y ella concibió y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta. 24Y le puso por nombre José, diciendo: Que el SEÑOR me añada otro hijo.

Tretas de Jacob y de Labán

 25Y sucedió que cuando Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: Despídeme para que me vaya a mi lugar y a mi tierra. 26Dame mis mujeres y mis hijos por los cuales te he servido, y déjame ir; pues tú bien sabes el servicio que te he prestado. 27Pero Labán le respondió: Si ahora he hallado gracia ante tus ojos, quédate conmigo; me he dado cuenta de que el SEÑOR me ha bendecido por causa tuya. 28Y añadió: Fíjame tu salario, y te lo daré. 29Mas él le respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo le ha ido a tu ganado conmigo. 30Porque tenías poco antes de que yo viniera, y ha aumentado hasta ser multitud; y el SEÑOR te ha bendecido en todo lo que he hecho. Y ahora, ¿cuándo proveeré yo también para mi propia casa? 31Y él respondió: ¿Qué te daré? Y Jacob dijo: No me des nada. Volveré a pastorear y a cuidar tu rebaño si tan sólo haces esto por mí: 32déjame pasar por entre todo tu rebaño hoy, apartando de él toda oveja moteada o manchada y todos los corderos negros, y las manchadas o moteadas de entre las cabras, y ése será mi salario. 33Mi honradez responderá por mí el día de mañana, cuando vengas a ver acerca de mi salario. Todo lo que no sea moteado y manchado entre las cabras, y negro entre los corderos, si es hallado conmigo, se considerará robado. 34Y Labán dijo: Muy bien, sea conforme a tu palabra. 35Aquel mismo día apartó Labán los machos cabríos rayados o manchados y todas las cabras moteadas o manchadas, y todo lo que tenía algo de blanco, y de entre los corderos todos los negros, y lo puso todo al cuidado de sus hijos. 36Y puso una distancia de tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba el resto de los rebaños de Labán. 37Entonces Jacob tomó varas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y les sacó tiras blancas de la corteza, descubriendo así lo blanco de las varas. 38Y colocó las varas que había descortezado delante de los rebaños, en los canales, en los abrevaderos, donde los rebaños venían a beber; y se apareaban cuando venían a beber. 39Así se apareaban los rebaños junto a las varas; y los rebaños tenían crías rayadas, moteadas y manchadas. 40Y Jacob apartó los corderos, y puso los rebaños en dirección a lo rayado y a todo lo negro en el rebaño de Labán, y puso su propio hato aparte; no lo puso con el rebaño de Labán. 41Además, sucedía que cada vez que los más robustos del rebaño se apareaban, Jacob ponía las varas a la vista del rebaño en los canales, para que se aparearan frente a las varas; 42pero cuando el rebaño era débil, no las ponía, de manera que las crías débiles vinieron a ser de Labán y las robustas de Jacob. 43Así prosperó el hombre en gran manera, y tuvo grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

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