Ezequiel 9
Reina Valera 1995
Visión de la muerte de los culpables
1Entonces clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: "¡Los verdugos de la ciudad han llegado y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir!"2Y seis hombres venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano. Al entrar, se detuvieron junto al altar de bronce.
3La gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, hacia el umbral de la casa. Y llamó Jehová al hombre vestido de lino que tenía a su cintura el tintero de escribano,
4y le dijo Jehová: "Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella".
5A los otros dijo, oyéndolo yo: "Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no miren con piedad vuestros ojos, no tengáis compasión.
6Matad a viejos, a jóvenes y a vírgenes, a niños y a mujeres, hasta que no quede ninguno. Pero a todo aquel sobre el cual esté la señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario". Comenzaron, pues, desde los hombres ancianos que estaban delante del templo.
7Les dijo: "Contaminad la casa, llenad los atrios de muertos y salid". Y salieron a matar en la ciudad.
8Aconteció que cuando ellos iban matando y quedé yo solo, me postré sobre mi rostro, y clamé diciendo: "¡Ah, Señor Jehová!, ¿destruirás a todo el resto de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?"
9Me dijo: "La maldad de la casa de Israel y de Judá es sobremanera grande, pues la tierra está llena de sangre y la ciudad está llena de perversidad; porque han dicho: "Ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve".
10Así, pues, haré yo: mis ojos no mirarán con piedad, no tendré compasión; haré recaer la conducta de ellos sobre sus propias cabezas".
11Y el hombre vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura, respondió una palabra, diciendo: "He hecho conforme a todo lo que me mandaste".
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