Salmos 89
La Biblia de las Américas
Pacto de Dios con David
1Masquil de Etán ezraíta. Por siempre cantaré de las misericordias del SEÑOR; con mi boca daré a conocer tu fidelidad a todas las generaciones.2Porque dije: Para siempre será edificada la misericordia; en los cielos mismos establecerás tu fidelidad.
3Yo he hecho un pacto con mi escogido, he jurado a David mi siervo:
4Estableceré tu descendencia para siempre, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah)
5Los cielos alabarán tus maravillas, SEÑOR, y también tu fidelidad en la asamblea de los santos.
6Porque, ¿quién en el firmamento se puede comparar al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los poderosos es como el SEÑOR,
7Dios muy temido en el consejo de los santos, e imponente sobre todos los que están en su derredor?
8Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú, poderoso SEÑOR? Tu fidelidad también te rodea.
9Tú dominas la soberbia del mar; cuando sus olas se levantan, tú las calmas.
10Tú aplastaste a Rahab como a uno herido de muerte; esparciste a tus enemigos con tu brazo poderoso.
11Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y todo lo que en él hay, tú lo fundaste.
12El norte y el sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón aclamarán con gozo a tu nombre.
13Tú tienes un brazo fuerte; tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada.
14La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de ti.
15¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, SEÑOR, a la luz de tu rostro.
16En tu nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos.
17Porque tú eres la gloria de su potencia, y por tu gracia es exaltado nuestro poder.
18Pues del SEÑOR es nuestro escudo, y del Santo de Israel nuestro rey.
19Una vez hablaste en visión a tus santos, y dijiste: He ayudado a un poderoso; he exaltado a uno escogido de entre el pueblo.
20He hallado a David mi siervo; lo he ungido con mi óleo santo,
21y con él estará siempre mi mano; mi brazo también lo fortalecerá.
22No lo engañará el enemigo, ni lo afligirá el hijo de maldad.
23Sino que yo aplastaré a sus adversarios delante de él, y heriré a los que lo aborrecen.
24Con él estarán mi fidelidad y mi misericordia, y en mi nombre será exaltado su poder.
25Pondré también su mano sobre el mar, y su diestra sobre los ríos.
26El clamará a mí: Mi Padre eres tú, mi Dios y la roca de mi salvación.
27Yo también lo haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra.
28Para siempre conservaré mi misericordia hacia él, y mi pacto le será confirmado.
29Así estableceré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos.
30Si sus hijos abandonan mi ley y no andan en mis juicios,
31si violan mis estatutos y no guardan mis mandamientos,
32entonces castigaré con vara su transgresión, y con azotes su iniquidad.
33Pero no quitaré de él mi misericordia, ni obraré falsamente en mi fidelidad.
34No quebrantaré mi pacto, ni cambiaré la palabra de mis labios.
35Una vez he jurado por mi santidad; no mentiré a David.
36Su descendencia será para siempre, y su trono como el sol delante de mí.
37Será establecido para siempre como la luna, fiel testigo en el cielo. (Selah)
38Pero tú lo has rechazado y desechado, contra tu ungido te has enfurecido.
39Has despreciado el pacto de tu siervo; has profanado su corona echándola por tierra.
40Has derribado todos sus muros; has convertido en ruinas sus fortalezas.
41Todos los que pasan por el camino lo saquean; ha venido a ser una afrenta para sus vecinos.
42Tú has exaltado la diestra de sus adversarios; has hecho regocijarse a todos sus enemigos.
43Has retirado también el filo de su espada, y no le has hecho estar firme en la batalla.
44Has hecho cesar su esplendor, y has echado por tierra su trono.
45Has acortado los días de su juventud; lo has cubierto de ignominia. (Selah)
46¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá como el fuego tu furor?
47Recuerda cuán breve es mi vida; ¡con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres!
48¿Qué hombre podrá vivir y no ver la muerte? ¿Podrá librar su alma del poder del Seol? (Selah)
49¿Dónde están, Señor, tus misericordias de antes, que en tu fidelidad juraste a David?
50Recuerda, Señor, el oprobio de tus siervos; cómo llevo dentro de mí el oprobio de muchos pueblos,
51con el cual tus enemigos, oh SEÑOR, han injuriado, con el cual han injuriado los pasos de tu ungido.
52¡Bendito sea el SEÑOR para siempre! Amén y amén.
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