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Salmos 84

Reina Valera 1960

Anhelo por la casa de Dios

1¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
2Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah
5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.
6Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.
7Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.
8Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. Selah
9Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
10Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
11Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
12Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

Copyright © 1960 by American Bible Society (http://www.americanbible.org)

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