Salmos 55
Reina Valera 1995
Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros
1Escucha, Dios, mi oración y no te escondas de mi súplica;2atiéndeme y respóndeme. Clamo en mi oración, y me conmuevo
3a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío, porque sobre mí echaron iniquidad y con furor me persiguen.
4Mi corazón está dolorido dentro de mí y terrores de muerte sobre mí han caído.
5Temor y temblor vinieron sobre mí y me envuelve el espanto.
6Y dije: "¡Quién me diera alascomo de paloma! Volaría yo y descansaría.
7Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto. Selah
8Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la tempestad".
9Destrúyelos, Señor;confunde la lengua de ellos, porque he visto violencia y rencillaen la ciudad.
10Día y noche la rodean sobre sus muros, e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11La maldad está en medio de ella, y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
12No me afrentó un enemigo, lo cual yo habría soportado, ni se alzó contra mí el que me aborrecía, pues me habría ocultado de él;
13sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, ¡mi guía y mi familiar!,
14que juntos comunicábamosdulcemente los secretos y andábamos en amistaden la casa de Dios.
15Que la muerte los sorprenda; desciendan vivos al seol, porque hay maldades en sus casas,en medio de ellos.
16En cuanto a mí, a Dios clamaré, y Jehová me salvará.
17En la tarde, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz.
18Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque muchos estén contra mí.
19Dios oirá, y los quebrantará pronto el que permanece desde la antig@uedad, por cuanto no cambian ni temen a Dios. Selah
20Extendió el perverso sus manos contra los que estaban en paz con él; violó su pacto.
21Los dichos de su bocason más blandos que mantequilla, pero guerra hay en su corazón; suaviza sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas desnudas.
22Echa sobre Jehová tu carga y él te sostendrá; no dejará para siempre caído al justo.
23Mas tú, Dios, harás que ellos desciendan al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días. Pero yo en ti confiaré.
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