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Salmos 44

Reina Valera 1995

Liberaciones pasadas y pruebas presentes

1Con nuestros oídos, Dios, hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.
2Tú con tu mano echaste las naciones y los plantaste a ellos; afligiste a los pueblos y los arrojaste,
3pues no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.
4Tú, Dios, eres mi rey; ¡manda salvación a Jacob!
5Por medio de tisacudiremos a nuestros enemigos; en tu nombre hollaremosa nuestros adversarios,
6porque no confiaré en mi arco ni mi espada me salvará,
7pues tú nos has guardadode nuestros enemigos, has avergonzado a los que nos aborrecían.
8¡En Dios nos gloriaremos todo el tiempo y por siempre alabaremos tu nombre! Selah
9Pero nos has desechado,nos has hecho avergonzar, y ya no sales con nuestros ejércitos.
10Nos hiciste retroceder delante del enemigo y nos saquean para sílos que nos aborrecen.
11Nos entregas como ovejas al matadero y nos has esparcido entre las naciones.
12Has vendido a tu pueblo de balde; ¡no exigiste ningún precio!
13Nos has hecho objeto de afrentade nuestros vecinos; nos pones por escarnioy por burla de los que nos rodean.
14Nos pusiste por proverbioentre las naciones; todos al vernos menean la cabeza.
15Cada día mi verg@uenza está delante de mí y la confusión cubre mi rostro
16por la voz del que me vituperay me deshonra, por razón del enemigo y del vengativo.
17Todo esto nos ha venido,y no nos hemos olvidado de ti ni hemos faltado a tu pacto.
18No se ha vuelto atrás nuestro corazón ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos,
19para que nos arrojarasal lugar de los chacales y nos cubrierascon la sombra de la muerte.
20Si nos hubiéramos olvidadodel nombre de nuestro Dios o alzado nuestras manoshacia un dios ajeno,
21¿no lo descubriría Dios?, pues él conocelos secretos del corazón.
22Pero por causa de ti nos matan cada día; somos contadoscomo ovejas para el matadero.
23¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Despierta! No te alejes para siempre.
24¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de nuestra afliccióny de la opresión nuestra?
25Porque nuestra alma está agobiadahasta el polvo y nuestro cuerpo estápostrado hasta la tierra,
26¡levántate para ayudarnos y redímenos por causa de tu misericordia!

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