Lamentaciones 3
Reina Valera 1960
Esperanza de liberación por la misericordia de Dios
1Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.2Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz;
3Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.
4Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
5Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.
6Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.
7Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;
8Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;
9Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.
10Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos;
11Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado.
12Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta.
13Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
14Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días;
15Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
16Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza;
17Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien,
18Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová.
19Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel;
20Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;
21Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
22Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
24Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
25Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
26Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
27Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
28Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
29Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
30Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
31Porque el Señor no desecha para siempre;
32Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
33Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.
34Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra,
35Torcer el derecho del hombre delante de la presencia del Altísimo,
36Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.
37¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
38¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
39¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.
40Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;
41Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
42Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.
43Desplegaste la ira y nos perseguiste; mataste, y no perdonaste;
44Te cubriste de nube para que no pasase la oración nuestra;
45Nos volviste en oprobio y abominación en medio de los pueblos.
46Todos nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca;
47Temor y lazo fueron para nosotros, asolamiento y quebranto;
48Ríos de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
49Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio
50Hasta que Jehová mire y vea desde los cielos;
51Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad.
52Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué;
53Ataron mi vida en cisterna, pusieron piedra sobre mí;
54Aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy.
55Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda;
56Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
57Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
58Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
59Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa.
60Has visto toda su venganza, todos sus pensamientos contra mí.
61Has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus maquinaciones contra mí;
62Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día.
63Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción.
64Dales el pago, oh Jehová, según la obra de sus manos.
65Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos.
66Persíguelos en tu furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jehová.
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