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Lucas 17

Reina Valera 1960

ocasiones de caer

1Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!
2Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
3Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

Auméntanos la fe

5Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

El deber del siervo

7¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?
8¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?
9¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.
10Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Diez leprosos son limpiados

11Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
12Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos
13y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!
14Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
15Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,
16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

La venida del Reino

20Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
21ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
22Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
23Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
24Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
25Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
26Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
27Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
28Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
29mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
30Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
31En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
32Acordaos de la mujer de Lot.
33Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
34Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
35Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
36Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
37Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.

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